25 de noviembre al 23 de diciembre: Saúco.
La Varita de Saúco
Su núcleo no podía ser cualquiera: lejos de los más comunes como el nervio de dragón o la pluma de fénix, el de la Varita de Saúco es un pelo de thestral, el caballo esquelético que sólo pueden ver quienes han visto a alguien morir. ¿Qué mejor núcleo para una Reliquia de la Muerte? Esperemos que nunca vuelva a ser arrebatada de la tumba de Dumbledore, o Harry Potter tendría que empezar de nuevo su lucha. La que se perdió para siempre es la Piedra de la Resurrección, que quedó enterrada en el Bosque de Hogwarts tras la estampida de centauros.
El mundo mágico no se divide únicamente en personajes, lugares, criaturas y objetos, sino que es mucho más profundo y desarrollado. Atrévete a conocer más sobre los deportes, los credos o hasta los squibs. Un buen mago tiene conocimientos de todas las materias.
Se trata de una asignatura optativa de Hogwarts, la favorita de Hermione, y sin embargo existe una incoherencia abismal en el corazón de la trama. Porque si bien es cierto que los libros nunca profundizan sobre el contenido de esta materia, tuvimos que esperar a una entrevista de Rowling para descubrir que se trata de una técnica de adivinación mediante números (de hecho, «aritmancia» es una palabra de origen griego resultado de la suma de arithmos, que significa «números», y manteia, traducido como «adivinación»). ¿Cómo es posible que la aritmancia sea una rama de la Adivinación, si se imparte en un aula y por una profesora distinta? Y lo que resulta más intrigante, ¿cómo puede ser la asignatura favorita de Hermione, teniendo en cuenta su visión tan negativa sobre las artes adivinatorias? Sea como fuere, la profesora Séptima Vector tiene que ingeniárselas para avanzar en el temario del libro usando únicamente números, porque los hay como el siete que ocultaron misterios durante siglos. El número siete ha tenido especial relevancia a lo largo de toda la saga: siete libros, siete cursos, siete hermanos Weasley, o lo que es más terrorífico, siete horcruxes…
En un país en el que el Quidditch es la obsesión de la mayoría de los magos, un deporte tan tranquilo como los Gobstones está condenado a un lejano segundo plano. Los libros poco han revelado sobre su modalidad de juego, pero gracias a los videojuegos conocemos más detalles: se practica con piedras especiales, preparadas para verter un desagradable líquido contra el perdedor, y existen distintas modalidades. La modalidad tradicional consiste en sacar más gobstones del círculo que el rival, habiendo trece gobstones en el centro del círculo. El lanzamiento no cuenta si el gobstone del jugador se sale del círculo. Otra modalidad consiste en un agujero rodeado por tres círculos y cada jugador dispone de cinco gobstones de lanzamiento. Gana quien más cerca los deje del agujero, sin que caigan al interior.
Al igual que con el Quidditch, los Gobstones también tienen su propia liga internacional: en una de las últimas ediciones, Gales se impuso como ganador frente a Hungría. Grugwyn Rufford, del equipo galés, acusó a El Diario El Profeta de no dar suficiente cobertura a los eventos de Gobstones. El editor respondió diciendo que los Gobstones son aburridos, ¡y no le faltó razón!
Los Gobstones tienen sus propias estrellas, las que destaca Roland Kegg (1903-Presente) como presidente del equipo inglés. Cornelius Fudge, con su carácter pausado y tranquilo, es un lógico seguidor del juego. Los Gobstones son a los magos lo que el criquet a los muggles: el segundo deporte nacional de más tirón, pero que la mayoría de la gente considera soporífero.
La saga de Harry Potter ha sido muy poco esclarecedora sobre los años en los que se desarrolla la historia. Es posible que cada lector imagine las aventuras en la misma época en la que lo está leyendo, pero una simple deducción en Harry Potter y la Cámara de los Secretos hubiese bastado para definir el año de nacimiento del protagonista: todo empezó con el aniversario de la muerte de Nick Casi-Decapitado, fallecido 500 años atrás en 1492. El cálculo no podía ser más fácil: 1492+500=1992, a lo que había que restar los doce años de Harry. No había que ser un doctor en matemáticas para averiguar que El Niño Que Sobrevivió nació en 1980.
Rowling tardó años en reconocer como correcto este simple cálculo. No lo hizo hasta 2007, cuando dibujó el árbol genealógico de los Black y señaló 1980 como el año de nacimiento de Draco Malfoy. Si has prestado atención a la explicación de la edad de Hermione, sabrás que los compañeros de curso de Harry pueden ser de 1979 o 1980, dependiendo del mes de nacimiento, pero por suerte conocíamos el cumpleaños del siniestro Slytherin, el 5 de junio. A partir de ahí podemos calcular la fecha de cualquier otro acontecimiento mágico, gracias a una línea temporal que ha sido confirmada de nuevo en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, cuando Harry encuentra las tumbas de sus padres.
¿Y Rowling ha cumplido a rajatabla con la línea temporal?
Nada más lejos de la realidad: como escritora, su prioridad ha sido contar historias emocionantes antes que preocuparse del tiempo atmosférico que hacía el 3 de mayo de 1998, por ser coherente con la Historia. Rowling marcó el inicio de los cursos en 1991 porque fue aproximadamente la fecha en la que empezó a escribir el primer libro, pero tardó tanto tiempo en publicarlo que el mundo que la rodeaba giró más deprisa que sus libros. De hecho, Dudley Dursley jamás podría haber arrojado la PlayStation por la ventana: en el verano de 1994, fecha en la que transcurre el berrinche que acaba con la videoconsola, todavía faltaba un año para que se comercializase en Europa.
¿Qué otras deducciones podemos hacer gracias a estos datos?
Algunas relacionadas con el mundo muggle: por ejemplo, el Primer Ministro que aparece en el prólogo de Harry Potter y el Príncipe Mestizo no puede ser otro que John Major (1990-1997), político conservador que ocupaba el despacho del número 10 de Downing Street en julio de 1996. No sabemos si Rowling pensaba en él al escribir la escena. Quizá pensase en un Primer Ministro más reciente, Gordon Brown, con quien mantiene una estrecha amistad.
Aunque no se necesita la magia para escribir, siempre es una fuente inagotable de ideas. Desde la invención de la escritura son muchos los magos reconocidos por sus obras, como Argo Pyrites en el campo científico de la alquimia, o Beatrix Bloxam, popular por unos cuentos infantiles que provocaban náuseas en los niños. Las brujas tienen sus propias novelas rosas y Fifi LaFolle (1888-1971 ) es la reina indiscutible del género, con títulos como Encuentros encantados.
Escritores magos, escritores muggles
Además de los autores clásicos que son también conocidos en el mundo muggle (como Agrippa o Paracelso), existen muchas similitudes entre los escritores de uno y otro lado de la barrera. La autora de cuentos infantiles Beatrix Bloxam recuerda irremediablemente a Beatrix Potter (1866-1943), madre de Peter Rabbit entre otras obras. Junto a Enid Blyton y J. K. Rowling, la señora Potter es considerada una de las figuras más influyentes de la literatura infantil de Reino Unido. El apellido, eso sí, es casualidad: Rowling lo tomó de unos vecinos, y no de la escritora.
Otra novelista sospechosa de estar relacionada con el mundo muggle es Fifi LaFolle, famosa por sus historias de amor. Por su nombre no la conoceréis, pero viendo su aspecto (señora mayor, enjoyada, siempre vestida de rosa y con peinados voluminosos) es imposible no pensar en Barbara Cartland (1901-2000), celebridad muggle de la novela románticas. El parecido es evidente y en absoluto casual, aunque resulta complicado averiguar de quién fue la idea: si de J. K. Rowling o de los ilustradores de Lightmaker, la empresa que desarrolla su página web y realiza los dibujos que decoran la sección de Mago del Mes.
Los magos y las brujas no usan Internet en su día a día, aunque Hermione se hubiese ahorrado muchas horas en la biblioteca de contar con un ordenador con conexión a Internet. Uno de los medios de comunicación por excelencia es El Diario El Profeta, el periódico de mayor alcance en Reino Unido. Cuando Harry Potter todavía no tenía el éxito que tiene ahora, la editorial Bloomsbury encargó a Rowling que escribiera cuatro ejemplares del diario, cargados de magia y su sentido del humor. Ahí conocimos a algunos de sus jefes de sección, como Zamira Gulch (problemas cotidianos de la magia), Grizel Hurtz (consultora
de problemas sentimentales) o Dempster. Wiggleswade (problemas con la ley mágica), seguimos de cerca las clasificaciones de la Liga de Quidditch y hasta nos enteramos de que los círculos de maíz son en realidad obra de magos bromistas. Actualmente estos cuatro boletines, editados alrededor de 1998, no se encuentran en las tiendas y apenas se han filtrado a Internet. Rowling no permite su publicación, quizás a la espera de una antología futura, pero algunos datos se han colado en las páginas de este libro.
No menos importante (pero sí mucho menos serio) es El Quisquilloso, cuyo lema es «La Voz Alternativa Del Mundo Mágico». Que nadie padezca por su destino: después de la Batalla de Hogwarts siguió publicándose, fiel a su línea editorial de los últimos años.
Resulta complicado encontrar una similitud entre la prensa mágica y la muggle, aunque El Quisquilloso sería la versión inocente y bienintencionada de los tabloides británicos (los mismos que en ocasiones publican que J. K. Rowling en realidad no es una persona sino un equipo de escritores, o que ha comprado una parcela en África que es del tamaño de Nigeria). Para dar con el parecido muggle de El Diario El Profeta basta fijarse en cualquier diario «serio» que se deja manipular por el gobierno de turno. La manipulación, por desgracia, no es un invento de los magos.
Pero no sólo hay medios escritos en el mundo mágico:también existe la radio, un invento puramente muggle patentado a principios de siglo XX por el italiano Guglielmo Marconi: los magos han adoptado este artefacto como muchos otros, dotándose de sus propias emisoras de radio, que les mantienen informados. La televisión, por el contrario, no ha conseguido hacerse un hueco en los hogares de las familias mágicas. Para las imágenes en movimiento ya tienen la prensa, ¿pero es que no existe el cine entre los magos?
Existen varias estrellas de las ondas: Glenda Chittock (1964-Presente) es la popular presentadora de La Hora de las Brujas Hay programas para todos los gustos, como el dedicado a botánica del herbologista Tilden Toots (1959-Presente). Su apodo, «El Mago con Tres Pulgares Verdes», es un claro homenaje al tema del músico Tommy Emmanuel, titulado El hombre con el pulgar verde.
La legión de magos tenebrosos liderada por Voldemort recuerda en muchas ocasiones a los nazis, que persiguieron y ejecutaron a cientos de miles de gitanos y judíos en el Holocausto. Sus miembros no siempre se llamaron mortífagos: durante algún tiempo también recibieron otro nombre, Caballeros de Walpurgis, que hace referencia a la noche del 30 de abril al 1 de mayo (justo medio año antes que Halloween). Los paganos celebraban en esta fecha el cumpleaños de Satanás, y era una ocasión perfecta para que las brujas celebrasen sus aquelarres.
¿Desde cuándo hay mortífagos?
A pesar de todos los problemas que han provocado, los mortífagos son un invento de mitad del siglo XX, cuando Voldemort empezó a organizados. La orden no la creó Grindelwald, y tampoco lo hizo un mago tenebroso anterior a él. La clave está en Harry Potter y el Príncipe Mestizo, cuando Dumbledore se mofa de este siniestro apodo. Por cierto, no todos los miembros aparecen en los libros: hay uno inédito en la película Harry Potter y la Orden del Fénix, llamado Callahan y acusado por Igor Karkarov en su juicio. Los últimos libros no lo mencionan, por lo que pudo ser un simple capricho del guionista. No es el único personaje que ha inventado para las películas: más sorprendente es Nigel, el chico de Gryffindor que hace todo lo que le hubiese correspondido a Colin Creevey. ¿Por qué inventar personajes para las películas si hay otros, creados por J. K. Rowling, que encajan a la perfección?
Viven a espaldas del mundo mágico, aunque no son tan estúpidos como creemos. Muchos magos se han dedicado al estudio de estos insípidos humanos, como Blenheim Stalk (autor de Muggles que se dan cuenta), pero otros están hartos de hacer magia a escondidas y abogan por acabar con el secreto de los magos. Carlotta Pinkstone (1922-Presente) es una conocida activista que ya ha sido encarcelada en Azkaban en varias ocasiones por realizar magia en lugares públicos, a la vista de decenas de muggles. Y es que vivir entre muggles es muy duro, sobre todo cuando tienes que hacer las mismas cosas que ellos para no ser descubierto. ¿A quién se le ocurriría lavar los platos a mano, pudiendo usar «fregotego»?
Cuando las dos Historias se cruzan
La historia mágica y muggle están más relacionadas de lo que muchos mortífagos querrían reconocer. Por ejemplo, la Guerra de las Rosas, que en 1455 enfrentó a dos de las casas más prestigiosas de Inglaterra, pudo originarse por una disputa entre dos vecinos por culpa de un geranio con colmillos. Otras teorías de los historiadores tienen más credibilidad: Ana Bolena, la segunda mujer de Enrique VIII, podría haber sido una squib (y no una bruja como se le acusó, excusa de la que se valió su marido para ejecutarla) y un comando secreto de magos ayudó a que los Aliados ganasen la Segunda Guerra Mundial, algo que Rowling ha confirmado explícitamente. Una de las catástrofes más recordadas de Londres, el Gran Incendio de 1666, habría sido provocada por una cría de dragón (y no por la panadería de Pudding Lañe, como los muggles han creído siempre). No todos los estudiosos se ponen de acuerdo en este punto, aunque todo es posible en el mundo mágico.
Pero no hay que creer todas las teorías de los magos: después de todo los hay, como Hambledon Quince (1936-Presente), que defienden afirmaciones tan surrealistas como que los magos vienen de Marte y los muggles de las setas. A más de uno le vendrá a la cabeza Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus, del escritor muggle John Gray.
Tratándose de dos sociedades que conviven en el mismo escenario es inevitable que haya repercusiones entre sí. No hay que ser un lumbreras para sacar conclusiones entre la muerte de Adolf Hitler y Gellert Grindelwald, ambas en 1945.
El grupo favorito de Harry es Las Brujas de Macbeth, la banda más popular del mundo mágico. Los vimos tocar en el Baile de Navidad pero no conocimos sus nombres: son siete miembros, y a pesar del nombre del grupo todos son varones. La voz corre a cargo de Myron Wagtain, mientras que las guitarras corresponden a Kirley McCormack (hijo de la cazadora Catriona McCormack, por cierto) y Donaghan Tremlett. La gaita corresponde a Gideon Crumb, el violonchelo a Merton Graves y la batería a Orsino Thruston. Por último, no podía faltar el laúd, instrumento inequívoco en un grupo de magos: Hermán Wintringham es su artífice.
No sabemos qué música tocan Las Brujas de Macbeth, pero siendo el grupo favorito de Harry es posible que su estilo tenga que ver con los gustos de J. K. Rowling, su autora. Escucha grupos muy variados y no olvida sus días de fan de los Pink Floyd o The Smiths, aunque actualmente se deja llevar por los ritmos de Coldplay o Gorillaz. Dada la popularidad de todos ellos, Las Brujas de Macbeth podrían tocar una música similar.
Cuando se rodó la película Harry Potter y el Cáliz de Fuego, los productores quisieron contratar al grupo escocés Franz Ferdinand para la escena del baile. Inicialmente aceptaron, pero por una serie de desavenencias internas tuvieron que apartarse del proyecto. Les sustituyeron miembros de Radiohead y el cantante Jarvis Cocker.
Las Brujas de Macbeth… ¿o Las Hermanas Raritas?
Los que hayan leído los libros en inglés (que no son pocos) habrán notado una importante diferencia en el nombre del grupo: su denominación original {The Weird Sisters) podría ser traducido literalmente como «Las Hermanas Raras». Sin embargo, el nombre tiene su origen en Macbeth, obra del dramaturgo inglés William Shakespeare, y la favorita de J. K. Rowling de este autor. Cuenta la historia de un rey llamado Macbeth, al que tres brujas de aspecto extraño le revelan que un día será rey. Estas tres brujas reciben en la versión original el nombre de Weird Sisters; sin embargo, en las traducciones al castellano a lo largo de los siglos los autores no se han puesto de acuerdo en cómo llamarlas, o sencillamente han omitido el weird, dejándolo en «hermanas» o sencillamente «brujas».
Posiblemente sea éste el motivo por el que la editorial Salamandra decidió rebautizar al grupo como Las Brujas de Macbeth, en alusión a las hermanas que aparecen en la obra, antes de atreverse a dar una traducción errónea de The Weird Sisters. Definitivamente esas weird sisters («hermanas raras») son las brujas que aparecen en
la obra de Macbeth.
Aunque sabemos que Rowling conoce bien su historia, es posible que nunca se le hubiese ocurrido usar su nombre para un grupo musical de no ser porque ya lo habían hecho otros antes: la escritora guarda con cariño la entrada de un concierto de Bay City Rollers, en el que también actuaba una banda llamada The Weird Brothers. Debieron de durar poco (ni la red de redes tiene noticia de ellos), pero una entrada de concierto en los gráficos de JKRowling.com es suficiente para saber que la escritora los escuchó una vez.
Si hay algo que Rowling lamenta haber inventado en su mundo mágico es el Quidditch, por los muchos quebraderos de cabeza que le ha procurado la narración de los partidos, intentando (y no siempre con éxito) transmitir emociones y acción.
La idea surgió después de una pelea de novios, tras la que regresó a casa pensando en todo tipo de cosas agresivas. Las bludgers debieron de parecerle perfectas en ese instante.
El Quidditch en Gran Bretaña e Irlanda
Cuando Rowling escribió Quidditch a Través de los Tiempos creimos que no nos quedaba nada por conocer del deporte rey, pero los videojuegos y boletines de la editorial Bloomsbury se han encargado de profundizar todavía más en este juego de altos vuelos. Cho Chang es fanática de los Tutshill Tornados, así que seguramente conocerá a su capitán Brevis Birch o la guardiana Merwyn Finwick.
La guía secreta de Harry Potter Page 13