Las posiciones no se heredan de generación en generación, pero muchos hijos imitan a sus padres: es el caso de Wilda Griffiths, que siguió los pasos de su madre en las Arpías de Holyhead hasta su traslado al Puddlemere United.
El equipo femenino por excelencia no le perdonó el cambio, y la capitana Gwenog Jones (1968-Presente) se convirtió en la primera sospechosa de su misteriosa desaparición. Valmai Morgan también juega en el equipo, en el puesto de cazadora.
Los desafortunados jugadores del Chudley Cannons nunca ganarán una liga, por mucho empeño que pongan sus jugadores. Galvin Gudgeon es su buscador estrella, aunque no se puede esperar mucho de un equipo que aspira a tan poco. Antes, Benjy Williams ya había probado suerte en la misma posición sin mucho éxito. Su último gran fichaje fue Joscelind Wadcock, que en la primera mitad del siglo XX marcó un récord de goleada contra los Murciélagos de Ballycastle.
Aidan Kiely, buscador del Kenmare Kestrels, puede servir de explicación para entender cómo elige Rowling los nombres de sus personajes. Una de sus mejores amigas en Portugal se llamaba Aine Kiely (Aine es el femenino de Aidan), y a ella está dedicado Harry Potter y el Prisionero de Azkaban. No es la primera ocasión que la escritora «transforma» los nombres de sus amigos para dárselos a sus personajes.
Otro buscador accidentado es Dougal McBride, de las Urracas de Monstrose, que en un partido de los noventa contra los Flechas de Appleby recibió un maleficio durante el juego. Su entrenador es Cormack McLeod, que fonéticamente no difiere mucho del Ravenclaw Cormac McLaggen. La pronunciación juega un papel importante en la onomástica del universo creado por J. K. Rowling, ya que muchos personajes repiten iniciales en su nombre y apellido.
Los otros protagonistas
Los comentaristas son pieza clave de todo partido de Quidditch, y empiezan su carrera en el colegio. A nivel internacional hay comentaristas conocidos como Millie Gudabie, Arnold Vogler o Jacqueline Lejeune, los tres protagonistas del videojuego de Electronic Arts.
Tampoco faltan los árbitros, odiados por los magos y muggles por igual. Cyprien Alesi, Dietrich Frenzen o Erika Ostensen son algunos ejemplos internacionales. En el ámbito británico cabe destacar a Leopoldina Smethwyck (1829-1910), primera bruja en llegar a árbitro, o Josiah Plunkett, que arbitró uno de los partidos más violentos de los noventa. Rowling, residente en Reino Unido, sabe mucho de las tensiones que en ocasiones provocan los hooligans, los más fervientes seguidores de los equipos de fútbol. En un deporte tan conocido entre los magos como el Quidditch no podía ser menos.
EQUIPOS DE LAS CASAS
El Quidditch es el mayor entretenimiento de los alumnos de Hogwarts, que se agolpan en las gradas cada vez que hay un nuevo partido. No contentos con sus jugadores, los estudiantes cuentan con el propio fantasma del campo: se llama Edgar Clogg y vuela por el estadio desde hace tanto tiempo que nadie lo recuerda. Tiene que tratarse de un profesor de vuelo, o si no, no se explica su aspecto adulto en una liga donde la edad máxima son los dieciocho años.
Gryffindor
Siendo Harry jugador de Gryffindor, los videojuegos no han aportado nada que no supiésemos por los libros. Quien sí lo ha hecho es la primera película, ya que cuando Hermione le mostró a Harry un trofeo de su padre se vieron dos nombres más en la vitrina, entre los que cabe destacar el de M. G. McGonagall. Podría tratarse de la profesora de Transformaciones, pero la fecha (1971) no encaja con su edad. Quizá se trate de un sobrino de la profesora, incluso de un hijo, porque nada sabemos de la vida personal de la maestra de Transformaciones.
Hufflepuff
Rowling completó la alineación (incompleta en los libros) en el videojuego de Quidditch. Se trata del equipo de 1993-1994, último año en que jugó Cedric Diggory. Tamsin Applebee, Heidi Macaboy y Malcolm Preece le acompañaban como cazadores (más tarde serían sustituidos por Cadwallader o Zacharias Smith), Herbert Fleet en el puesto de guardián y Maxine O’Flaherty y Anthony Rickett son los bateadores. El puesto de bateador ha recaído muy pocas ocasiones en mujeres, que por estadística prefieren el puesto de cazador. Es sin embargo un deporte claramente mixto, siguiendo las líneas paritarias que tanto gustan a la escritora. No hay nada en el mundo mágico que siga siendo exclusivo de hombres, pero eso no significa que los magos sean un ejemplo de tolerancia: prefieren otro tipo de discriminación, como la relativa a la pureza de sangre.
Ravenclaw
Liderados por Roger Davies, los otros dos cazadores son Randolph Burrow y Jeremy Stretton. Jason Samuel y Duncan Inglebee cubren los puestos de bateadores. Se dan pocas coincidencias respecto al libro, ya que la alineación cambia radicalmente en el curso 1995-1996.
Justo después de la publicación de Harry Potter y el Príncipe Mestizo, Rowling adelantó del siguiente libro que Ravenclaw tendría «su momento». La afirmación hizo pensar que la Casa de Rowena ganaría la Copa de las Casas, pero dadas las circunstancias del final de curso no sabemos si llegó a entregarse. Quizá tuvieron más suerte con la Copa de Quidditch, que Ravenclaw habría ganado con los estudiantes que todavía quedaban en Hogwarts. Como el trío estaba fuera de la escuela no pudo enterarse, pero teniendo en cuenta que la mitad del equipo de Gryffindor se encontraba ausente, incluyendo al capitán, no sorprende que los leones patinasen estrepitosamente en la liga.
Slytherin
Quizá por ser la Casa «de los malos», Rowling siempre ha prestado más atención a sus personajes que a los de Hufflepuff o Ravenclaw. El videojuego no nos ha desvelado la alineación, pero sí los nombres de pila de varios de los jugadores: Derrick se llama Peregrin Derrick, Bole es Lucían Bole y el nombre completo del capitán es Graham Montague, datos que no hubiésemos conocido de ser sólo por los libros. La autora pone mucho mimo en cuidar también los productos relacionados con la saga, y hace horas extra si se trata de que los videojuegos tengan la mayor credibilidad posible. Eso sí: los fans han echado en falta un Slytherin que pueda calificarse de «bueno», ya que Rowling asegura que no todos son malos. Slughorn fue el primero, pero ¿quién le siguió? ¿Cuántos Slytherin se quedaron a luchar con Harry en la Batalla Final?
SELECCIONES NACIONALES
J. K. Rowling es contraria a incluir personajes no británicos en su saga, pero hizo una excepción con el videojuego de Quidditch Copa del Mundo cuando la empresa que lo desarrolló (Electronic Arts) le pidió las alineaciones de varios equipos nacionales. Alguna es controvertida, como la del Equipo Escandinavo (que no pertenece a ninguna nación, sino a un grupo de países) y la comercialización internacional del videojuego obligó a dejar fuera al equipo de Irlanda en beneficio de otros equipos, como el de Japón, Estados Unidos o Alemania, ¡y eso que Irlanda había ganado el mundial que dio título al videojuego! Los nombres de los jugadores son muy interesantes y aportan nueva luz a la saga, especialmente para los que querían conocer magos españoles.
Alemania
Buscador: Weiss.
Guardián: Weil.
Cazadores: Kurt Schmidt, Kirstin Berger e Ingo Brandt.
Bateadores: Glockenspieler y Hesser.
Anteriormente ya se había mencionado un personaje alemán en la saga, Bruno Schmidt (Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos), que coincide precisamente con el apellido de uno de los cazadores. Esto demuestra que Rowling no sólo inventa apellidos o los busca en listas telefónicas, sino que también los reutiliza cuando se trata de la misma nacionalidad, quizás a conciencia o involuntariamente.
Australia
Buscadora: Karunda.
Guardián: Muaka.
Cazadores: Matthew Echunga, Kenneth Hastings y Miriam Monteague.
Bateadores: Meddaws y Wakarangapawaro.
Los apellidos de los jugadores son aborígenes, aunque también hay otros nombres de ascendencia británica (¿a quién no le viene a la cabeza Montague, capitán del quipo de Slytherin?). La escritora también se ha servido del mapa de Australia para encontrar algunos de los nombres, como Wakarangapawaro.
España
Buscadora: Madero.
Guardián: Felino.
Cazadores: Cartaza, García
y Lebrón.
Bateadores: Montoya y Santini.
Con unos apellidos dignos de conquistadores del Nuevo Mundo, la estética elegida en el videojuego consiste en uniformes de torero. Por fortuna el trabajo de Rowling terminaba con la alineación y no el aspecto gráfico, así que cabe culpar a la compañía Electronic Arts por tan estereotipado equipo. Con éste, la compañía pretendía incluir a todo el público hispano, desde México hasta Argentina. Lo que no pensaron es que si una selección hispana merecía su hueco en el videojuego, ésa es Perú (a tenor de los éxitos que se mencionan en Quidditch a Través de los Tiempos).
Estados Unidos
Buscadora: Singleton.
Guardián: Eidel Berrger.
Cazadores: Cheani Freydalei, Debbie Montz y Robert Green.
Bateadores: Brown y Rosinski.
La onomástica es similar a la británica, con excepción de Berrger y Rosinski que sugieren una ascendencia alemana y rusa. No importa que Estados Unidos, de acuerdo con Quidditch a Través de los Tiempos, prefiera el Quodpot al Quidditch: el mercado norteamericano obligó a Rowling a tenerlos en cuenta, ya que es el país en que el videojuego tuvo más éxito.
Francia
Buscadora: Pelletier.
Guardián: Bastien.
Cazadores: Mathilde Mallard, Joséphine Marat e Hildegarde Lafarge.
Bateadores: Lacroix y Saucet.
Después de vivir en París y trabajar en Inglaterra como profesora de francés, no es de extrañar que Rowling haya guardado una buena lista de apellidos franceses en su memoria. No era la primera vez que usaba esta lengua para su mundo mágico: tanto el apellido de Voldemort como Malfoy esconden juegos de palabras, y Rowling aprovechó una visita a París para pedir disculpas por la casualidad y asegurar que no había nada de antifrancés en sus decisiones creativas. Ella misma tiene ascendencia gala por parte materna.
Inglaterra
Buscadora: Parkin.
Guardián: Frisbee.
Cazadores: Edric Fosper, Keaton Flitney y Avery Hawksworth.
Bateadoras: Whitney y Chowdhury.
A pesar de ser el país principal de la saga (Hogwarts se encuentra en Escocia, pero sin embargo nunca se menciona este detalle en los libros), su selección nacional no logra un buen resultado en el Mundial de 1994. Su buscadora bien podría ser una descendiente de Walter Parkin, el mago carnicero que creó el equipo de los Wigtown Wanderers. No es la primera vez que Rowling deja pistas que sólo unos pocos fans advierten.
Irlanda
Su alineación ya se conoció con Harry Potter y el Cáliz de Fuego, pero no los secretos que escondían sus apellidos. Todos los jugadores tienen nombres de conocidos de Rowling, y por si fuera poco los tres cazadores, Moran, Troy y Quigley, son tres de sus mejores amigos. Troy, de hecho, es seguidora del West Ham Football Club, razón por la que es el único equipo de fútbol mencionado en la saga. No es el favorito de Rowling, sin embargo: aunque no se declara muy forofa, su equipo de fútbol es el Tottenham Hotspur Football Club. Cuestión de tradición familiar.
Japón
Buscadora: Watanabe.
Guardián: Inamoto.
Cazadores: Noriyuki Sato, Yoshihiro Suzuki y RyotarO Tanaka.
Bateadoras: Takahashi y Takahashi.
Tratándose de un videojuego, los nipones no podían quedar al margen de la Copa del Mundo. Si los españoles iban vestidos con trajes de luces, los japoneses no pueden renunciar al kimono para hacer del videojuego un cúmulo de estereotipos.
Equipo Nórdico
Buscadora: Alponse.
Guardián: Hellestróm.
Cazadores: Olaf Andersson, Norre Gustaffson y Peter Hansson.
Bateadores: Noaksson y Petersson.
Posiblemente fuese decisión de Electronic Arts unir los cinco países nórdicos en un solo equipo, con el fin de contentar a finlandeses, noruegos, suecos, islandeses y daneses a partes iguales. El resultado es una mezcla de nacionalidades sin ninguna coherencia con la historia y que sólo responde a intereses comerciales. ¿Alguien puede imaginar un Equipo Latino? ¿O el Equipo Árabe?
A pesar de que la historia mágica no profundiza en asuntos religiosos, sí aparecen implícitamente. La misma J. K. Rowling dijo en 1999 que no podría responder preguntas sobre religión hasta después del séptimo libro.
En Hogwarts no se ofician misas de ningún credo, o al menos no son obligatorias. Sin embargo, los libros guardan referencias al cristianismo, desde el Fraile Gordo de Hufflepuff hasta san Mungo, quien da nombre al hospital. También celebran bautizos, bodas y funerales, aunque su rito es ligeramente distinto. El encargado de celebrarlos es un hombrecillo de pelo negro, que podría ser la autoridad religiosa del mundo mágico.
Aunque Hogwarts no se declare cristiana, lo cierto es que sí prepara un banquete de Navidad y también hay vacaciones de Pascua. Nadie puede decir que los magos vivan a espaldas del cristianismo, ni que la religión sea sólo cosa de muggles.
Mucho más concienciada que la escuela está Rowling, que pertenece a una rama presbiteriana del cristianismo (la Iglesia de Escocia) y reconoce que asiste a misas con cierta asiduidad.
Aunque en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte no se especifica, los epitafios de las tumbas de los Potter y los Dumbledore son citas bíblicas. Las dos pretenden señalar el simbolismo de la vida más allá de la muerte, en un resumen que pretende recoger toda la saga, pero merece la pena leer las citas en su contexto:
La de Ariana y Kendra corresponde al Evangelio de san Mateo:
6:19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde los ladrones minan y hurtan.
6:20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde los ladrones no minan ni hurtan.
6:21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
6:22 La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; 6:23 pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?
El epitafio de James y Lily forma parte de la Primera Epístola del Apóstol San Pablo a los Corintios:
15:24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.
15:25 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
15:26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.
15:27 Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas.
15:28 Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
Como es habitual en la magia, los retratos también tienen sus propias reglas: el retratado sólo puede moverse entre los cuadros de un edificio o, si existe otro retrato suyo en otro lugar, viajar de un sitio a otro. La sanadora y ex directora de Hogwarts Dilys Derwent puede moverse por todas las paredes del castillo, además de por los otros cuadros del edificio del Hospital San Mungo. Sin embargo, aunque su compañero de despacho Dexter Fortescue pueda entrar en el retrato de Dylis en Hogwarts, no le está permitido moverse hasta su retrato en San Mungo. Todos los protagonistas de los cuadros de la escuela están muertos, lo que podría tratarse de otra norma: morir para aparecer retratado.
La historia no hace ninguna mención del autor del retrato de Dumbledore, que aparece colgado en el despacho del director sin ninguna explicación. Podría tratarse de un encargo a un pintor, para ser posteriormente encantado y puesto «a la orden» de la magia. Los retratos de los ex directores no aparecen inmediatamente después de su muerte, sino que tienen que ser colgados (y existe una norma no escrita por la que sólo los directores que fallezcan en el cargo merecen un espacio en la pared).
Un ejemplo de pintora lo tenemos con Magenta Comstock (1895-1991),
que dotaba de movimiento a sus retratos. Posiblemente haga falta mucho más que pintura y pinceles para lograr que un retrato hable, pero siempre lo hará repitiendo las frases habituales del retratado. Rowling dijo que no se puede interactuar con los retratos como si fuesen personas, pero la relación entre Snape y el retrato de Dumbledore dicta precisamente lo contrario. Si los Potter tuviesen un retrato mágico, la infancia habría sido mucho más sencilla para Harry. Precisamente por eso Rowling renunció a dotarlos de «vida propia», pero debió de olvidarlo cuando escribió el último libro.
Los squibs son los no-mágicos que tienen padres magos, o uno de los dos. La magia es un gen dominante, así que sólo basta uno de los padres para que el hijo no-mágico se considere squib. Una pareja mestiza no tiene más probabilidades de tener esta descendencia que una de sangre pura, aunque muchos insistan en ello. Ser squib tampoco es lo mismo que muggle: la diferencia está en que unos son hijos de otros muggles, mientras que los squibs sí deberían haber sido magos o brujas de acuerdo con su carga genética.
Algunos, como Argus Filch, recurren a cursos de magia por correo que no les sirven de nada: la magia no se puede aprender si falta el don, y los squibs no tienen ni una minúscula gota de poderes en su sangre. El Embrujorrápid no es lo mismo que Magiamemás, un producto para magos y brujas ancianos que quieren recuperar la fuerza de sus hechizos. Se puede ayudar a un mago débil a aumentar sus poderes, pero si una persona carece totalmente de magia (como un squib) no hay forma de que haga el más inofensivo hechizo.
La guía secreta de Harry Potter Page 14