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Richard P. Feynman. La física de las palabras

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by Michelle Feynman


  Oí que cuando contestaba al teléfono, decía: «¿Va a hacerme usted una oferta?». Si la persona decía: «No, no estoy en absoluto interesado en esto», entonces Feynman continuaba y hablaba con ella; si no era así, decía: «La respuesta es no» y colgaba. Quizá esto sea una broma, pero lo he oído con referencia a Dick Feynman. Es un profesor muy leal a Caltech.

  – Carl Anderson, entrevistado por Harriett Lyle, Archivos de Historia Oral de Caltech, enero de 1979

  Visto en retrospectiva, toda la física que utilizo actualmente, parece que el 90 por 100 de ella tuve que haberla aprendido de Feynman, y no he visto nunca a nadie trabajar tan rápidamente, de modo que nunca encontré un físico como él. Ciertamente, nadie en Princeton o en Oxford era como él. Y cuando era joven era rapidísimo y terrible. Ahora no es mucho menos rápido ni mucho menos terrible. ¿Sabe usted?, cuando una idea surgía en su cabeza le tomaba literalmente no más de 5 o 10 minutos resolver este tipo de cosa.

  – Robert Hellwarth, entrevistado por Joan Bromberg, Instituto Americano de Física, mayo de 1985

  Una de las grandes cosas acerca de Feynman era la alegría que demostraba al empezar a tratar un problema y discutirlo, lanzando ideas, riendo. Puedo recordar su regocijo en una de las bromas en las que participó cuando era un estudiante en el MIT: los estudiantes se ponían de acuerdo, levantaban un automóvil y lo dejaban en el tejado de uno de los edificios para que la administración lo resolviera. [Risas] Y disfrutaba también abriendo cajas fuertes. Pienso que ya he contado la historia de las dos cajas fuertes de General Electric en Schenectady que Feynman abrió mientras el hombre de la seguridad estaba mirando... Pienso en este sentido de la diversión que tenía Feynman; después explicaba que muchísima gente utiliza números como e y pi y su número de matrícula o de teléfono. Estos eran los números que probaba primero con la mayor probabilidad de resolver el problema de abrir las cajas fuertes.

  – John Wheeler, entrevistado por Kenneth W. Ford, Instituto Americano de Física, marzo de 1994

  La gente que conozco admiraba su amplitud de intereses, su curiosidad y su amor por la vida. La mayoría de nosotros solemos tener una vida mucho más limitada que él, y muchos de nosotros lamentamos a veces no haber tenido el abanico de experiencias y relaciones que él tuvo.

  – Kip Thorne, «El culto de Richard Feynman», Los Angeles Times Magazine, 2 de diciembre de 2001, p. 16

  La cosa se desarrollaba de manera ordenada, pero era evidente que las personas honestas estaban en contra. Entonces, finalmente, Feynman se levantó y dijo: «He estado pensando en ello y pienso que es un terrible error. No es propio de Caltech. Estaríamos emitiendo el mensaje equivocado. Y pienso que deberíamos sofocarlo rápidamente. No importa si hemos hecho promesas equivocadas. Sencillamente, no deberíamos hacerlo». Y este fue el voto, esencialmente; esta fue la resolución. Lo que Feynman dijo fue lo que triunfó. Lo había dicho de manera muy persuasiva.

  – Fred Anson, recordando la votación sobre si establecer un centro de investigación del ejército en Caltech, entrevistado por Shirley K. Cohen, Archivos de Historia Oral de Caltech, febrero de 1997

  Era todo un carácter, con un sentido del humor que no lo abandonaba.

  – Joseph Heller, un amigo de la infancia, entrevistado por Shelley Erwin, Archivos de Historia Oral de Caltech, mayo de 2010

  Recuerdo que Dick acostumbraba a plantear una pregunta a su clase. Les decía: «Bien. Tenéis un aspersor para el césped, abrís el grifo del agua y el aspersor gira al tiempo que emite chorros oblicuos de agua. Ahora, suponed que ponéis este mismo aspersor dentro de una piscina y empezáis a succionar el agua a su través. ¿Giraría todavía el aspersor?». Suponía una gran diferencia, como el día y la noche. Cosas como esta hacían que la categoría de flujos separados fuera muy interesante... Creo que fue un curso universitario, pero no puedo recordar exactamente qué clase. Yo estaba allí cuando nos hizo esta pregunta, y pensé: «¡Ah, he aquí un gran profesor!». Un aspersor de jardín: todo el mundo los ve, a diario. Pero él cambió simplemente la dirección del flujo de agua en la manguera y teníamos que decir qué ocurriría.

  – Theodore Y. Wu, entrevistado por Shirley K. Cohen, Archivos de Historia Oral de Caltech, febrero-marzo de 2002

  Pero la única persona de aquí que tuvo una influencia tremenda en mí y que yo consideraba único era Feynman. Tuvo un impacto enorme en mí, no solo desde el punto de vista intelectual, sino en la manera de buscar la verdad. Todas estas cosas subyacentes que lo impulsaban (no solo lo inteligente que era) tuvieron en mí una influencia realmente grande.

  – Barry C. Barish, entrevistado por Shirley K. Cohen, Archivos de Historia Oral de Caltech, mayo-julio de 1998

  Tuve a Dick Feynman en física matemática. Y acostumbraba a ir a todos sus seminarios cuando era estudiante universitario. No podía entender nada de sus matemáticas, pero de vez en cuando se detenía y decía: «Lo que esto significa realmente es...», y aquello yo lo podía entender.

  – Carver Mead, entrevistado por Shirley K. Cohen, Archivos de Historia Oral de Caltech, julio de 1996

  Le gustaba enseñar, pero no le gustaba dirigir tesis. La razón me la contó una vez, y era que si podía formular un problema de manera lo bastante clara para que un estudiante universitario hiciera una tesis, lo podría hacer él mismo en una tarde. Si podía plantear un problema de manera tan evidente, no podría resistirse a resolverlo.

  – Robert F. Christy, entrevistado por Sara Lippincott, Archivos de Historia Oral de Caltech, junio de 1994

  Creo que durante mi época en Caltech, la cosa interesante para mí fue el gran movimiento de avance en la pedagogía. La enseñanza de estos cursos básicos, así llamados. En términos de física, creo que en gran medida se debió a Feynman. Se pensaba que un estudiante, antes de tener una esperanza de empezar siquiera a aprender algo de mecánica cuántica, tenía que pasar por todo el largo embrollo de la mecánica clásica a niveles muy complicados, etcétera. Y Feynman demostró que ello no era cierto. No tienes que hacer esto... El material que se les da y lo que aprenden aquí ahora es mucho, muchísimo más avanzado, en comparación a cuando yo era estudiante. ¿Sabe usted?, es como la diferencia entre el Modelo T de Ford y el último automóvil, o entre el aeroplano de los hermanos Wright y un 747.

  – David S. Wood, entrevistado por Shirley K. Cohen, Archivos de Historia Oral de Caltech, junio de 1994

  Feynman inventó una manera totalmente nueva de hacer mecánica cuántica, y sus diagramas no surgieron de ningún contacto con los matemáticos; de hecho, Dick ha generado cosas. Y a veces hacía comentarios en el sentido de que los matemáticos realmente no ayudan mucho. Le irritaba mucho la manera como se enseñaban las matemáticas en las escuelas de California. Formó parte de un comité o algo parecido, para el gobernador o alguien. Y, ¿ve usted?, las cosas cambiaron por completo.

  – William A. Fowler, entrevistado por John Greenberg y Carol Bugé, Archivos de Historia Oral de Caltech, mayo de 1983-mayo de 1984

  Le puedes hablar a Feynman y sus respuestas son precisas y del tipo que un físico experimental puede entender, o al menos que piensa que entiende.

  – Carl Anderson, entrevistado por Harriett Lyle, Archivos de Historia Oral de Caltech, enero de 1979

  Una vez discutí este asunto con Feynman, que es quizá el físico de los Estados Unidos que más entiende este aspecto de la física. Tiene este tipo de actitud de ver si la cosa es correcta. Pero lo discutimos y dijo: «Bien, en la actualidad, entre la generación más joven hay muy pocas personas que se atrevan a publicar algo que contenga contradicciones». Prácticamente nadie lo haría, porque diría: «Entonces seré pronto criticado por los otros colegas, que dirían: “Aquí está tu contradicción, tienes que estar equivocado”». Pero después diría: «Bueno, sé que tengo que estar equivocado; ciertamente hay una contradicción, pero maldita sea, puedo ver que es correcto». Ahora bien, desde luego, puede usted volver a decir que esta es una actitud muy divertida. ¿Cómo puede saberlo? No puede dem
ostrarlo; contiene contradicciones.

  – Werner Heisenberg, entrevistado por Thomas S. Kuhn, Instituto Americano de Física, febrero de 1963

  [Sobre el humor de Feynman]: No tengo ninguna discrepancia con este aspecto de la personalidad de Dick Feynman; como la mayoría de las demás personas, lo encontraba delicioso. Pero deja fuera muchas cosas: no solo su genio científico, sino su profundo amor por la naturaleza, su pasión por enseñar, y por encima de todo sus extraordinarios valores de integridad personal, no siempre presente en los niveles más altos de creatividad... Sea lo que fuere que Dick Feynman se tomara a broma, su amor por la física se acerca a la reverencia.

  – Laurie M. Brown, Physics Today, febrero de 1989

  [Sobre su personalidad]: Tuve un atisbo de ella en la televisión británica, años antes de que yo supiera quién era Feynman más allá de un profesor americano que podía haber sido inventado por Arthur Miller para hacer monólogos sobre esta materia (y, si a esto vamos, antimateria) por la que yo no tenía un interés especial, ninguna formación ni conocimientos, pero que conseguía que fuera misteriosamente cautivadora. Posteriormente, esta personalidad surgía de manera embriagadora en sus reminiscencias grabadas, publicadas como Surely You’re Joking, Mr. Feynman! Era el físico no del club de la facultad, sino del salón.

  – Tom Stoppard, «El punto de vista del escenario», New York Times, 27 de noviembre de 1994

  Recuerdo la ocasión en que vi por primera vez a Richard, durante unas pocas horas, hace cuarenta y cinco años. Iba camino de Nuevo México, creo, y pasaba por el Laboratorio de Chicago del distrito de Manhattan. Se reunieron media docena de teóricos para recibirle; su reputación le había precedido desde Princeton. Una o dos personas le mostraron integrales difíciles que esperaban que él pudiera resolver, algo así como pedirle al hombre forzudo que los visitaba que aflojara alguna puerta oxidada. Actuó como se esperaba, pero no era el tipo de luz en el que se podía vislumbrar su maravilloso entusiasmo por los ritmos y los enigmas del mundo. Pero esto lo vi claramente con posterioridad, en Los Álamos y en el viejo despacho que compartíamos en la Universidad de Cornell, y llegué a amar y admirar su mente asombrosamente original, generosa, honesta y juguetona, y un espíritu que parecía, como sus gestos, para bailar a través de la vida.

  – Philip Morrison, carta personal de condolencia, febrero de 1988

  Las contribuciones de Dick Feynman a la física han tenido un impacto extraordinario en nuestro trabajo: su desarrollo de la electrodinámica cuántica, su invento de la integral de caminos de la teoría del campo cuántico, sus contribuciones esenciales a la teoría de las interacciones débiles, su invento del modelo del partón para la dispersión inelástica profunda del electrón-protón, y sus extraordinarias intuiciones de la naturaleza de las colisiones de altas energías que condujeron a desentrañar la estructura de la materia de cuarks y gluones. Su trabajo afectó prácticamente a todas las áreas de la física.

  Mediante sus enseñanzas y su notable personalidad, Feynman nos enseñó que la física no solo es profunda, sino también intuitiva y comprensible. También estamos orgullosos de su servicio a este país y del valor que demostró en la investigación del Challenger. Pocos científicos han hecho un impacto mayor en la ciencia y la sociedad. Atesoramos su recuerdo.

  – Grupo de física teórica SLAC (Centro del Acelerador Lineal de Stanford), carta personal de condolencia, febrero de 1988

  En la veintena de años que lo conocí, como conferenciante semanal en los laboratorios, cada miércoles; como crítico, asesor y ser muy humano, fue una gran inspiración, una gran mente, y un gran espíritu. A menudo mostraba la mayor paciencia y amabilidad en transformar un pregunta inocente pero desinformada o estúpida en otra rica y brillante, con lo que le evitaba el bochorno al que había preguntado. Su gran humor era parejo a su gran intelecto. Vivirá para siempre en la mente de esta generación de físicos y las futuras, y en la de todas las personas cultas.

  – Bernard Soffer, Laboratorios de Investigación de la Compañía de Aviación Hughes, carta personal de condolencia, febrero de 1988

  Dick tenía una personalidad dinámica y original. Mostraba un gran entusiasmo por aprender. Era conocido como uno de los físicos más brillantes y de los pensadores más originales del mundo, pero le preocupaba hacer que la ciencia fuera comprensible y fascinante para los demás, lo que lo convirtió en uno de los profesores más destacados y favoritos de Caltech. Era muy creativo a la hora de explicar los conceptos más esotéricos, con el fin de que la gente ordinaria pudiera entenderlos. Las anécdotas de Feynman son leyenda aquí, y siempre se cuentan con afecto y admiración.

  – Sunney I. Chan, presidente de la facultad, Instituto de Tecnología de California, carta personal de condolencia, febrero de 1988

  Dick fue el mejor y el favorito de los «tíos» que enriquecieron mi infancia. Durante el tiempo que pasó en Cornell, era un visitante frecuente y siempre bienvenido a nuestra casa, con el que se podía contar para que consiguiera tiempo de las conversaciones con mis padres y con otros adultos para prodigar su atención a los niños. Era a la vez un gran jugador de juegos con nosotros y un maestro que nos abrió los ojos al mundo que nos rodea.

  – Henry Bethe, carta personal de condolencia, febrero de 1988

  Agradecimientos

  Hay muchas personas a las que debo agradecer su colaboración.

  En primer lugar, mis dos investigadoras han sido increíbles: Anisha Cook y Janna Wennberg. He tenido muchísima suerte al contar con vuestra ayuda en este proyecto. Me resulta imposible imaginar que lo hubiera podido llevar a cabo sin vosotras dos y sin vuestras horas de duro trabajo. Gracias por vuestros esfuerzos.

  Siempre puedo contar con una evaluación honesta de mi trabajo por parte de mi amigo Gregory Feldmeth, vicedirector y profesor de historia desde hace mucho tiempo en la Polytechnic School. Aprecio realmente sus incansables esfuerzos a la hora de ayudarme en este proyecto. Feldmeth fue fundamental para revisar de manera crítica la clasificación de citas en categorías, colaborar en la minuciosa tarea de eliminar citas duplicadas y ayudarme a elaborar una cronología de la vida de mi padre. Estoy agradecida por tener su consejo y su compañía. Grace Hamilton, profesora de inglés de la Escuela Superior de la Polytechnic, fue increíblemente generosa con su tiempo y experiencia al considerar el prefacio. Otro amigo, Richard White, profesor de física y de ciencia informática de la Polytechnic School, recomendó el equipo imparable de Janna y Anisha, y fue generoso con sus consejos y su ingenio técnico. Puedo comprender por qué estos tres profesores son queridos por los estudiantes.

  Es un sueño trabajar con Leslie Carmell, directora de comunicaciones en la Polytechnic School. Me ha dado un gran apoyo, y le estoy muy agradecida por su gran capacidad de observación y por sus sugerencias, siempre acertadas. Mis colegas son excepcionales: Jennifer Godwin Minto, Barbara Bohr, John Yen, así como el conjunto de profesores de talento y el personal de la Polytechnic School. Soy muy afortunada por trabajar allí.

  Melanie Jackson, estoy encantada de tener una agente literaria maravillosamente inteligente y amable como tú para que me defienda.

  Gracias a mi hermano, Carl Feynman, por su confianza en mí para completar este proyecto.

  Ralph Leighton fue muy servicial y me envió mediante correo electrónico los archivos de audio de The Feynman Lectures on Physics al tiempo que los digitalizaba, y fue muy, muy útil con sus sugerencias y consejos. Christopher Sykes fue sorprendente por sus ideas y conocimientos en relación con las fuentes de varias citas. Adam Cochran, del Instituto de Tecnología de California, fue fundamental para la comunicación con Caltech: hizo de todo, desde obtener permisos hasta conectarme con personas que fueron provechosas, concienzudas y eficientes. Shelley Erwin y Loma Karklins, de los archivos de Caltech, fueron así, exactamente. Gracias por vuestros conocimientos y ayuda. Tony Hey fue muy amable al rebuscar en sus archivos personales y escanear la transcripción de una mesa redonda que era difícil de encontrar. Ann Rho, directora d
e desarrollo en Caltech, estaba deseosa de ayudar y fue una buena persona con la que discutir toda clase de ideas. Alan Alda, gracias por tu amistad y apoyo. Estoy agradecida a Kip Thorne por sus orientaciones, ¡de las que no fue la menor ponerme en contacto con Brian Cox!

  Brian Cox tiene un estilo de comunicación que me recuerda al de mi padre, y me encantó que aceptara escribir un prólogo para este libro.

  Yo-Yo Ma es un amigo de la familia desde hace tiempo al que yo describiría como la amabilidad personificada. Mi padre y yo pasamos muchas tardes divertidísimas tras el escenario y en la cena después de asistir a conciertos de Yo-Yo (la tradición continúa: ahora voy con mis hijos), y Yo-Yo dedicó una serie de conciertos a mi padre poco después que este muriera. No estoy segura de por qué pensé que era una buena idea agobiar a mi amigo, que es un violonchelista profesional, para escribir algo para este libro, pero estoy impresionada porque no rehusó el reto.

  Los últimos años no han sido fáciles, y cada vez estoy más agradecida a mis fantásticos amigos (de los que, a veces, he dependido). Parece una larga lista, y solo me entristece que no pueda agradecer a todas las personas que tanto han significado para mí durante los últimos años. Tengo mucha suerte de formar parte de una comunidad maravillosa. Quiero dar las gracias a Megan Foker: no sé dónde estaría sin ella. Me ayudó durante un período crítico en mi vida y lo hizo con tanto humor, gracia y ecuanimidad que me resultó más fácil conservar el equilibrio. Todos necesitamos una amiga como Megan. Aprecio la ayuda de Rick Foker a su familia para que Megan pudiera pasar tiempo conmigo. Estoy orgullosa de que mi comunidad incluya a Heather y Tom Unterseher, Cheryl Wold y Paul Wennberg, Electra y Peter Lang, Jane Kaczmarek, Stacy y Michael Berger, Dyanne di Rosario-Halsted y Chris Halsted, Tim Hartley y Jason Lyon, Tiffany y Marc Harris, Mario Miralles y Brenda Bork, Ralph Leighton y Phoebe Kwan, Kevin y Kristen Tyson, Scott Lee y Karen Wong, Francisco Miralles, Susan Blaisdell, Dorothy Shubin, Carl y Paula Feynman, Charles Hirshberg y Alison Adler y Joan Feynman. Sois mi equipo de apoyo. Vuestra amistad, amor y apoyo han hecho que mis ánimos se mantuvieran a flote a lo largo de los años. John Murlowski, llegaste exactamente en el momento oportuno y supiste cómo ayudarme y apoyarme.

 

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