by Alice Walker
Es por eso que la humanidad
merece que
se la ame.
Feroz,
apasionadamente.
Sin un momento
de contención.
Solía pensar
que solo
a los africanos
los amaba tan osadamente.
Después pensé que era
a los indoamericanos;
luego a los mexicanos
los vietnamitas
los guatemaltecos
los camboyanos
los laosianos
los nicaragüenses
los cubanos
los haitianos
los salvadoreños…
todos
esos seres queridos
de quienes tanto
se ha mentido.
Pero no, es a todos nosotros.
Es a la humanidad.
Somos especiales.
Si no me crees
tómate tu tiempo para despertar
y realmente atestiguarlo
por ti mismo.
I Am Telling You, Discouraged One, We Will Win
I am telling you
Discouraged One
we will win.
And I will show you
why.
We are the offspring
of the ignorantly
discarded:
we conjure
sunrise
with our smiles
and provoke music
out of trash.
Who can completely
disappear
such genius?
This is why humanity
is worth
loving.
Fiercely.
Passionately.
Without a moment
of holding back.
I used to think
it was only
Africans
I loved so dangerously
then I thought it was
Indians;
then Mexicans
Vietnamese
Guatemalans
Cambodians
Laotians
Nicaraguans
Cubans
Haitians
Salvadorans . . .
all
those dear ones
so endlessly
lied about.
But no, it is all of us.
It is humanity.
We are special.
If you don’t believe me
take the time to awaken
and truly witness
yourself.
Nunca estamos solos
un poema para Celia Sánchez
Nunca estamos solos.
Busca que siempre
te sorprenda.
No hay fin a la alegría
de descubrir
así como no hay fin
para el asombro.
Los que dan sus vidas
por la verdad y el pan
por el triunfante
destello de una vivaz
buganvilia
incluso mientras
mueren
de indescriptibles
maneras
o cuya última visión
es una simple margarita
que todavía se afana
en el rincón
de un prado
que se seca
nunca han apartado
sus brazos
nunca han dejado
de tenerlos
a nuestro lado.
We Are Never Without Help
A Poem for Celia Sánchez
We are never without help.
Look for it always
to surprise you.
There is no end to the joy
of discovery
just as there is no end
to amazement.
Those who give their lives
for truth and bread
for the triumphant
flash of a vivid
bougainvillea
even as they
die
in unspeakable
ways
or whose last notice
is of a simple daisy
still striving
in a corner
across
a drying lawn
have never taken
their arms
away
never taken
them away
from being
around us.
Los buenos
para Hugo Chávez, presente
Los buenos
que escuchan
a las mujeres
a los niños y a los pobres
mueren demasiado pronto,
sus vidas entorpecidas
por la oposición:
nuestros corazones lloran por ellos.
Este fue el mundo que mi padre conoció.
Un hombre pobre
vio hombres buenos venir y sobre todo irse;
dejando detrás
a los abandonados y desposeídos.
Gente con esperanza, sueños ¡y tanto
trabajo arduo!
Anhelando un futuro
de repente
coartado.
Pero hoy
me escribes que todo está bien
aunque el admirable
Hugo Chávez
ha muerto esta tarde.
Nunca más oiremos esa voz
de cólera e indignación
razonadas,
de visión apasionada
y de triunfo.
Esto es verdad.
¡Pero cuánto hizo en sus cincuenta y ocho años!
dices.
¡Qué poderoso jaleo
armó Hugo Chávez!
Esto es también verdad.
Gracias por recordármelo.
Que aunque la vida
—esta espiral sin fin—
ha pasado por nuestro lado hoy
pero llevándose
en la muerte
a un héroe
de las masas
es su espíritu
de cariño
ferozmente franco
lo que no se pierde.
Esa herencia
ha ido inmediatamente
a la gente
a quien escuchaba
y es allí
donde esperaremos
que se levante
tan pronto como
mañana mismo;
y allí
donde
la encontraremos
pronto otra vez
para siempre.
The Good Ones
for Hugo Chávez, Presente
The good ones
who listen
to women
to children and the poor
die too soon,
their lives bedeviled
by opposition:
our hearts grieve for them.
This was the world my father knew.
A poor man
he saw good men come and mostly go;
leaving behind
the stranded and bereft.
People of hopes, dreams, and so much
hard work!
Yearning for a future
suddenly
foreclosed.
But today
you write me all is well
even though the admirable
Hugo Chávez
has died this afternoon.
Never again will we hear that voice
of reasoned anger
and disgust
of passionate vision
and of triumph.
This is true.
But what a lot he did in his 58 years!
you say.
What a mighty ruckus
Hugo Chávez made!
This is also true.
Thank you for reminding me.
That though life—
this never-ending loop—
has passed
us by today
but carried off
in death
a hero
of the masses
it is his spirit
of fiercely outspoken
cariño*
that is not lost.
That inheritance
has gone instantly
into the people
to whom he listened
and it is there
that we will expect it
to rise
as early as
tomorrow;
and there
that
we will encounter it
always
soon again.
* affection
¿Qué hace falta para ser feliz?
para Stephane Hessel, quien parecía saberlo
Incluso en esos días
la noticia es absolutamente mala.
Y todo lo que puedes hacer es salir de la cama
y si falla esto
agradecer que tienes una cama de donde no salir.
¿Qué hace falta para hacernos sonreír
cuando sentimos el filo de la espada
de la cólera y el odio
sobre el dorso
de nuestros pacíficos cuellos?
¿Qué hace falta
para alzarnos juntos
como si hubiéramos crecido así?
¿Qué hace falta para saber
que el día de la paz y la justicia
alguna vez llegará
sin importar quién
está dirigiendo
tan mal el tráfico?
¿Qué hace falta
para sentir una alegría tan fuerte
que casi puedes levitar?
Lo único que hace falta, realmente,
es presencia,
saber que tú y los que sienten
como tú,
ignorando obstáculos
llegarán.
Harán frente a las fugas, los desaires,
las noches de preguntarse
si y por qué:
los años del dolor a veces requerido
para saber
dónde es más esencial
aparecer.
What Does It Take to Be Happy?
for Stephane Hessel, who seemed to know
Even on those days
the news is fully bad.
And all you can do is get out of bed
and failing that
give thanks you have a bed not to get out of.
What does it take to make us smile
when we feel the sword of anger
and hatred
sharp against the backs
of our peaceful necks?
What does it take
to make us stand together
as if we just grew that way?
What does it take to know
the day of peace and justice
will one day come?
No matter who
is so badly
directing traffic?
What does it take
to feel a joy so strong
you can almost levitate?
All it takes, really,
is presence,
knowing that you, and those who feel
as you do,
ignoring roadblocks
will arrive.
Will brave the flights, the slights,
the nights of wondering
if and why:
the years of pain sometimes required
to know
where it is most essential
to appear.
Después te extrañaríamos mucho
para Chelsea Manning
Después te extrañaríamos
mucho.
Pero ese día
estabas con nosotros
y estábamos igual
contigo.
Tu felicidad,
la de un hombre
que se sabía
en el camino
a la gloria
a ser asesinado a balazos;
un hombre que sonreía
triunfante
al vernos,
las multitudes que avanzábamos,
nos hacía aclamar interiormente
en respuesta a cada
palabra.
Después recordaríamos
para nuestros hijos
y nietos
la emoción de estar
en tu presencia
mientras te levantabas
para encontrar tu día.
¡Estabas tan feliz!
No olvidemos eso.
El miedo, la duda, las más horribles
críticas que el genio del mal
pudiera idear
no se habían alzado
finalmente
o para nada
contra tu amor.
Incluso la gente blanca
ese día
se veía diferente
para nosotros
que nunca los habíamos conocido
en su forma libre.
Tenían una mirada
de alivio
de saber que también estaban atados
por cadenas y grillos
y estaban por fin
sacudiéndose para liberarse.
Subida a un árbol
para ver y oír mejor
agradecida al árbol
por su susurrante presencia
en ese fatídico día
y con meticuloso cuidado
de no dañar
su frondoso ofrecimiento
de una posición ventajosa (después sería cortado, por supuesto)
viví a plenitud el largo instante
del discurso
que nos diste.
Lo editarían y condensarían
más adelante
para nublar nuestra memoria
y tu impacto,
para hacerlo, y hacerte, más manipulable
para ellos.
Pero no nos engañaron.
Estuviste brillante
y tu mensaje nunca confinado
solamente a los sueños
aunque estabas sólo a unos
pocos años
de tu muerte
a los 39.
¿Qué nos diste,
Martin, con tal sacrificio
para ti?
Después de 50 años
de valorar el regalo
de tu vida
sé que nos diste
Conciencia
de nuestros inalienables
derechos
como seres no solo
de nuestro país (un misterio en sí mismo)
pero más importante aún
de nuestro Universo.
Y más que eso
nos ungiste nuestras heridas y debilitadas
psiquis,
con tu ejemplo
de amor audaz.
El amor audaz por aquellos más allá
de la familia inmediata
y los amigos
es muy raro.
Pero tú lo tenías.
Pienso que los Seres
que destruyeron
tu cuerpo
sintieron,
al mirarte,
que les habían robado,
que no habían sido justos con ellos.
¿Cómo podías tú,
el simple hijo
de un predicador negro
poseer el oro
que los eludía;
oro, que aun cavando
por toda la tierra,
jamás tendrían?
No solamente eso:
Amado Martin,
hiciste la carrera
por el Amor
y la ganaste.
Sabemos esto
con certeza
50 años más tarde.
Ya no más muchachas y muchachos
de 18 y 19
que llegaban a la Marcha
en autobuses baratos
desde todas
/>
partes.
Lo sabemos, Martin,
por nuestra propia devoción a la vida,
a los otros,
a los bosques, los ríos y los árboles que nos apoyan
a través de cada devastación,
por nuestro ánimo a cada
voz joven
que alza la vara del amor
a tu medida;
lo sabemos por nuestra gratitud
Martin.
Lo sabemos por nuestra fe
no en líderes
sino en nuestra creencia de que el amor
puede superar nuestros miedos.
Finalmente, Martin:
después de todos los años secos
de llevar tu recuerdo
a menudo
en silencio,
lo sabemos
por nuestras lágrimas.
Later We Would Miss You So Much
for Chelsea Manning
Later we would miss you
so much.
But on that day
we had you with us
& we were so
with you.
Your happiness,
of a man
knowing he was
on his way
to glory
to being shot down;
a man beaming
with triumph
to see us
the advancing crowds,
caused us to cheer inwardly
in response to every
word.
Later we would recall
for our children
and grandchildren
the thrill of being
in your presence
as you rose
to meet your day.
You were so happy!
Let us not forget that.
Fear, doubt, the most horrible
criticisms evil genius
could devise
had not stood
finally
or at all
against your love.
Even the white people
that day
looked different
to us
who had never known them
in their free form.
They had a look
of release
of knowing they were bound also
by chains and shackles
& were at last
shaking themselves free.
Perched in a tree
better to see & hear
grateful for the tree’s
rustling witness
on that fateful day
& meticulously careful
not to harm
its leafy offering
of vantage point (it would later be cut down, of course).
I lived the long moment
of your address to us
to the full.
They would edit and condense
it later
to dull our memory
and your impact
to make it, and you, more manageable
for them.
But we were not deceived.
You were brilliant
and your message never confined
only to dreams
though you were only a few
short years away
from your death
at 39.
What did you give us,
Martin, at such sacrifice
to yourself?