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La guía secreta de Harry Potter

Page 7

by Pablo C. Reyna


  Ni Fred ni George hubiesen logrado su prestigio de alborotadores de no ser por el Mapa del Merodeador, que les descubrió todos los secretos del castillo. Sin embargo, los libros nunca explicaron cómo averiguaron la forma de usarlo, y la respuesta está en las entrevistas: fue gracias al propio mapa, que consciente del espíritu travieso de los hermanos puso todo su empeño en que los gemelos averiguasen la contraseña. Existe otra duda razonable que cuestiona por qué no advirtieron la presencia de Colagusano en el mapa: aunque la respuesta de Rowling es que no prestaron atención al nombre por tratarse de alguien desconocido, lo cierto es que deberían haberse percatado de que en el dormitorio de Percy había una persona más de lo normal. Sin embargo se trata de un error menor, ¿y quién podría imaginar la saga sin el Mapa del Merodeador?

  Dos gemelos casi idénticos

  Aunque confundan hasta a su propia madre, los gemelos Fred y George ni siquiera eran idénticos antes de que este último perdiese su oreja. Ya existían pequeñas diferencias psicológicas, que se han dejado entrever a lo largo de los siete libros.

  Rowling siempre tuvo claro que Fred moriría. Lo considera el cabecilla de los gemelos, aunque también el más duro. George, por su parte, es más sensible y sus bromas son menos crueles porque empatiza más con los sentimientos de los demás. Los libros dan pistas sobre sus diferencias, y Fred siempre es el que arrastra a su gemelo, que es ligeramente más prudente y comedido. No sería de extrañar que Sortilegios Weasley fuese una idea de Fred, que tiene mucha más iniciativa que su hermano.

  RON

  Rowling nunca ha ocultado que Ron tiene parte de su antiguo amigo Séan Harris, a quien dedica Harry Potter y la Cámara de los Secretos. Fiel y divertido, Ron se crió en una familia en la que no esperaban nada sorprendente de él. Nacido el 1 de marzo de 1980, estaba predestinado a la casa Gryffindor. Su puesto de prefecto fue una sorpresa (y para quien tuviese dudas: los prefectos sí pueden restar puntos. Ron no se había estudiado la normativa), pero era necesario para desarrollar los sentimientos de injusticia y arrogancia de Harry.

  Hay detalles muy básicos de Ron que no se han mencionado en ninguno de los siete libros: sus ojos son de color azul, posiblemente heredados de su padre, ya que Molly tiene ojos marrones. Su patronus es un Jack Russell terrier, una raza de perro que si bien no parecerá agresiva, contra un dementor tiene la misma fuerza que un ciervo o un lobo. Todo tiene una explicación: cuando Rowling era pequeña, tuvo un perro de esta raza, puro sentimentalismo. Si el patronus te resulta extraño no te pierdas la película de Harry Potter y la Orden del Fénix, ahí comprobarás que la información es correcta, cedida expresamente por la madre de la historia.

  La varita elige al mago, ¿pero alguna elige a Ron?

  El señor Ollivander nos enseñó que no es el mago el que elige la varita, sino la varita la que elige al mago. Toda la teoría se viene abajo cuando Ron heredó la varita de su hermano Charlie como medida contra los problemas económicos de la familia. ¿Cuál usó Charlie entonces? La información de los primeros libros no se corresponde con la del último, donde todo lo que sabemos sobre los receptáculos de magia se reescribe por completo. Al menos pudo tener su propia varita después de romper la de Charlie, aunque de nuevo existen contradicciones entre los libros y las últimas declaraciones de Rowling. Según las más recientes, la madera de su varita es de fresno y no de sauce, así que haceos un encantamiento obliviate a todo lo que leisteis en Harry Potter y el Prisionero de Azkaban.

  GINNY

  Quién imaginaría que la tímida pelirroja que apareció por primera vez en la estación de King’s Cross se convertiría años más tarde en la chica del héroe. Nacida el 11 de agosto de 1981, no sólo es la primera fémina Weasley entre sus hermanos, sino también la primera en muchas generaciones, lo que explica por qué es la protegida de todos. Ginny es diminutivo de Ginevra (Ginebra era la mujer del rey Arturo), y su nombre completo es Ginny Molly Weasley.

  Descrita por Rowling como una bruja de «personalidad poderosa», su cambio se advirtió cuando pasó de ser una alumna inadvertida a una de las estudiantes más envidiadas del colegio, con una popularidad digna de Lily Evans.

  Deuda de vida

  De su paso por la Cámara de los Secretos poco queda: Ginny no sabe hablar pársel, la habilidad de hablar con las serpientes. Tampoco tiene una deuda de vida con Harry, a pesar de haber sido salvada por él. Esto suscita interrogantes sobre cómo funciona exactamente ese misterio mágico, porque Rowling también desmintió que Draco tenga una deuda de vida con Harry después de la Batalla de Hogwarts. ¿Por qué Pettigrew sí y Ginny y Draco no? La diferencia quizás esté en que Harry salvó a los dos de la muerte, en unas circunstancias en las que habrían muerto de no intervenir él, mientras que con Colagusano pudo decidir: Sirius Black le puso la decisión en bandeja, y él quiso que Pettigrew viviese. Quién le iba a decir que la elección le iba a salir tan cara al traidor de los Merodeadores, cuando su mano de plata cumplió el trabajo que él no estaba dispuesto a hacer.

  Un patronus cuestionado

  Aunque la forma corpórea del patronus de Ginny no se menciona en los libros, en la película Harry Potter y la Orden del Fénix se aprecia visiblemente un caballo. Rowling aportó este dato a los productores, además del de Luna. La actriz que interpreta a Ginny, Bonnie Wright, luce un colgante con un equino dorado, regalo de la escritora.

  El broche final de la saga fue un epílogo cuyos acontecimientos sucedían diecinueve años después, en septiembre de 2017. Rowling lo había escrito muchos años antes y tuvo que hacer algunas modificaciones para incluir a los personajes nuevos o cambiar los que habían sobrevivido o muerto por el camino. El epílogo tampoco tiene un final cerrado, ya que centra la atención en la nueva generación de alumnos. Igual que es el final de siete libros de Harry Potter, podría ser el inicio de otros siete libros de Albus Severus, Rose, Hugo, Scorpius o Lily. Y no son los únicos hijos que conocemos, no. Esto es lo que sabemos de lo que ocurrió después de la Batalla de Hogwarts.

  Posiblemente el personaje más odiado entre los «buenos», lo cierto es que Cho nunca tuvo prejuicios: con los muggles y no es de extrañar que fuese la primera sorprendida por la traición de su amiga Marietta Edgecombe al Ejército de Dumbledore. Cho no se casó con Harry, eso ya lo sabemos, pero tampoco con su compañero de casa Roger Davies, el Ravenclaw que antes había llevado a Fleur Delacour al Baile de Navidad. A Cho le esperaba un marido más especial: un muggle. Aunque no se conoce su nombre, sí se puede decir que no pertenece al mundo mágico y con toda probabilidad se trata de un personaje desconocido en la saga. Si alguien dudó alguna vez de los sentimientos de los Chang por los sangre-sucias, que juzgue ahora si estaba equivocado.

  Razas sí, sangre-sucias no

  Es curioso que en una sociedad en ocasiones tan xenófoba como la de los magos, no existan prejuicios con las razas. Rowling no profundiza en el asunto, lo que demuestra la normalidad con la que conviven blancos, negros, asiáticos e indios, las cuatro razas de las que tenemos constancia en Hogwarts. No sólo conviven con normalidad, sino que en ocasiones hasta se enamoran. Harry y Cho es un ejemplo, pero más sorprendente será la mezcla de los genes pelirrojos de los Weasley con los negros de Angelina Johnson, que provocarán dos niños mestizos. Los magos británicos tampoco tienen inconvenientes en confiar el poder a magos que no son blancos: tal es el caso de Kingsley Shacklebolt, Ministro de Magia, que anteriormente ya había ostentado un cargo importante como director de la Oficina de Aurores. La xenofobia de los magos no contempla el color de la piel ni los rasgos faciales. Su única preocupación es el porcentaje de sangre pura de cada uno, sin importar nada las aptitudes (en ocasiones, grandiosas) de los hijos de muggles.

  Todavía trabaja en el antro Cabeza de Puerco, donde sigue jugando con sus cabras. Salió airoso de la Batalla de Hogwarts y mantiene la misma vida que entonces, lejos de la atención y las comparaciones con su difunto hermano. Aberforth no perdona a Albus por sus errores de juventud, y vive constantemente en el pasado.

  Petunia tuvo la oportunidad de pedir perdón a Harry por tant
os años de sufrimiento, pero le faltó valor para hacerlo. Después de la Batalla de Hogwarts, Harry sólo mantuvo contacto con Dudley, que ya había empezado a cambiar antes de despedirse en Privet Drive. Su relación tampoco era de amigos: simplemente la de unos parientes que se escriben por Navidad y se hacen visitas ocasionales. Ni Dudley iba a convertirse en una persona nueva ni Harry estaba dispuesto a olvidar todo lo sucedido.

  Rowling se planteó la posibilidad de que un hijo de Dudley estudiase en Hogwarts, pero desechó la idea por poco original. ¿Qué hubiese pensado Vernon al respecto? ¿Cambiaría su actitud o desheredaría a Dudley por traer semejante engendro al mundo?

  Tanto en los siete libros de la saga como en Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos hemos observado que los centauros no quieren relacionarse con los humanos, salvo contadas excepciones. Firenze es una de ellas, y tuvo que hacer muchas renuncias cuando aceptó el puesto de profesor de Adivinación en Hogwarts. Las últimas noticias que teníamos de él es que resultó herido en la Batalla de Hogwarts. Rowling ha completado la información: se recuperó y volvió con la manada de centauros, que entendió por fin que los humanos no son tan malos. Otra lección de la escritora contra la xenofobia, y un hito histórico para estas criaturas, que han tardado miles de años en conciliarse con los magos. ¿Habrán hecho uso al fin de la Oficina de Centauros?

  Su condición de semigigante fue un obstáculo para encontrar mujer y casi lo consigue cuando conoció a Madame Máxime, la directora del Instituto Beauxbatons. Sin embargo, y a pesar de que Dumbledore los juntó en su viaje hasta los gigantes (¿¡era nuestro director un casamentero!?), la relación nunca llegó a más. Hagrid nunca encontró a alguien que le hiciese compañía en su cabaña de guardabosques, aunque algunos deberían sentirse aliviados por su suerte cuando la mayoría de las encuestas anteriores al libro siete lo daban por muerto. Rowling recibió una amenaza para que no le matase, proveniente de su propia hermana pequeña. Con semejante panorama no es de extrañar que prefiriese mantenerlo con vida, y todavía es profesor cuando en 2017 llegan nuevos alumnos.

  ¿Era necesaria una semigiganta?

  Rowling terminó con la pareja Hagrid-Maxime al ser ella «demasiado sofisticada», y el Guardián de las Llaves se quedó sólo por no haber «más gigantas alrededor». ¿Pero por qué razón tendría que casarse Hagrid con una giganta o semigiganta, conociendo los antecedentes de su padre? Rowling ha querido hacer parejas acordes a su tamaño, pero olvida que el señor Hagrid y Fridwulfa no tuvieron los problemas de su hijo. Por esa razón, ¿por qué no iba a poder enamorarse Rubeus de una bruja normal, en vez de tener que esperar a una giganta que nunca llegará? ¿No habría podido tener posibilidades con Madame Hooch o la profesora Sprout?

  El buscador del equipo nacional de Bulgaria siguió viviendo en su país, ajeno a los acontecimientos mágicos de Reino Unido. Aunque en la boda de Bill y Fleur se quejaba de que todas las chicas guapas tenían pareja, alguna debía de quedar soltera en su tierra natal, ya que se enamoró de una búlgara. Suponemos que invitó a Hermione a la boda, que asistiría gustosamente con Ron del brazo.

  En muchas ocasiones se ha especulado que Gilderoy podía ser una caricatura del ex marido de Rowling, a pesar de que ella lo ha negado categóricamente. Sin embargo, sí está inspirado en una persona real, aunque la escritora nunca dirá su nombre. Gilderoy terminó con su carrera al perder la memoria (cortesía de la varita de Ron) y nunca podrá retomarla. Por desgracia para sus fans no habrá cura para su trastorno.

  Aunque muchos hubiesen querido que Neville y Luna se enamorasen, al Otro Niño Que Sobrevivió tampoco le fue mal en amores: se casó con Hannah.

  Neville y Hannah

  Abbott, compañera de curso de la casa Hufflepuff y prefecta desde quinto curso. Ya sabemos que Neville es profesor de Herbología, aunque la profesión de Hannah es todavía más curiosa: posadera de El Caldero Chorreante. Rowling dio el dato en una entrevista rápida y es posible que no lo meditase a fondo: ¿cómo una alumna tan trabajadora como ella y con tantas dotes mágicas puede terminar regentando una taberna de paso? ¿Herencia o vocación? Podría tratarse de un error de previsión de la autora, pero sí es cierto que el matrimonio vive en el piso superior del establecimiento. No sabemos si tienen hijos.

  Si quieres averiguar qué le pasó a Luna búscala por Luna Scamander, su nuevo nombre de casada.

  Nacido en el apogeo de la segunda guerra, el hijo de Remus y Nymphadora fue criado con su abuela Andrómeda, que había enviudado recientemente. Se trata de un personaje inventado para el último libro, por lo que Rowling no había contado con él en el primer borrador del Epílogo. La intención de la escritora era abrir un nuevo círculo, el de un segundo niño huérfano que se cría en la restauración de una sociedad destruida. Sin embargo, las diferencias entre Harry y Teddy son notables: si el primero sólo tuvo a los Dursley en su infancia, Teddy cuenta con su abuela además de con su padrino. ¿Y su futuro? Es prometedor, ya que le vemos besarse con Victoire Weasley (primogénita de Bill y Fleur) en la escena final de King’s Cross. ¿Tendremos un nuevo Weasley en la familia?

  Un licántropo metamorfomago

  Los padres de Teddy no sólo tenían el don de la magia, sino también dos características muy particulares: por parte de Remus la licantropía, una terrible enfermedad, mientras que Nymphadora era metamorfomaga. Teddy podría haber heredado las dos características o ninguna, y por fortuna sólo es metamorfomago (la habilidad de cambiar de aspecto) mientras que no tiene ni una gota de hombre-lobo, tal como le preocupaba a su padre. Hubiese resultado muy extraño ver un licántropo de pelaje color rosa chicle corriendo por el bosque en las noches de luna llena…

  Sabemos, gracias a una discreta pista en el prólogo de Los Cuentos de Beedle el Bardo, que Minerva McGonagall fue directora hasta por lo menos diez años después de la Batalla de Hogwarts. Si relees el último libro benéfico advertirás que Rowling no sólo firma con una fecha (2008, la primera vez que lo hace) sino que además interactúa con sus personajes, dejando claro que es una más del universo mágico que puede visitar Hogwarts si le viene en gana.

  McGonagall no es, sin embargo, la directora de la escuela durante la escena del Epílogo, datado en 2017. Según la escritora, Minerva era demasiado vieja. El nuevo director es un personaje nuevo, «completamente nuevo», aunque resulta extraño que llegue a director alguien a quien ni siquiera conocimos como profesor, experiencia indispensable para el cargo. Tampoco es convincente la excusa de la edad de la profesora de Transformaciones, ya que si nació en 1920 aproximadamente (en la saga es una septuagenaria) era treinta años más joven que el profesor Dumbledore. Si él podía ser director con 116 años, ¿por qué no iba a poder serlo ella con 87?

  Rowling podría haber cambiado de idea respecto a la edad de McGonagall (dijo que ella tenía setenta años al mismo tiempo que Dumbledore ciento cincuenta, y es evidente que a él le quitó años después), pero el modo en que Minerva habla de la abuela de Neville hace sospechar que fueron compañeras de clase, cuando la profesora era una simple alumna de Gryffindor. La señora Longbottom no debe de tener más de ochenta años, así que la edad original que Rowling dio para McGonagall se ajusta perfectamente a la de los libros.

  McGonagall, la escocesa

  Si los libros no han dicho explícitamente la nacionalidad de la profesora McGonagall, es porque lo han repetido implícitamente en demasiadas ocasiones. No cabe lugar a dudas que la anciana es escocesa: tiene devoción por los tejidos de cuadros escoceses, y hasta sus pijamas tienen estos característicos estampados. Harry debía conocer muy bien el origen de su profesora, porque en una ocasión soñó que McGonagall tocaba la gaita (instrumento típico escocés); para colmo, Rowling reconoce haber bautizado a la profesora en honor al poeta William McGonagall, «el peor poeta de Escocia». ¿Hacen falta más pistas?

  Otro que podría ser escocés, pero del que apenas se sabe nada, es el auror Ojoloco Moody. En una escena de la película Harry Potter y el Cáliz de Fuego le vimos ataviado con una falda escocesa, vestimenta típica de sus ciudadanos, pero los libros nunca han dado info
rmación al respecto. Podría tratarse de un dato que Rowling dio a los productores, entre tantos otros.

  Draco no se casó con Pansy, aunque muchos dedujeron esto después de leer el Epílogo. Quizá quería empezar de cero y alejarse de todos los que seguían apoyando la causa de la sangre, aunque lo cierto es que su nueva elección no promete mucho: se trata de Astoria Greengrass, una Slytherin dos años menor que él y hermana de la ya mencionada Daphne Greengrass (Harry Potter y la Orden del Fénix, durante el examen de Encantamientos). No todos los Slytherin son malos ni apoyan la pureza de sangre, aunque qué se le pasa a Astoria por la cabeza es un misterio. Sólo tuvieron un hijo, Scorpius Hyperion Malfoy, que es mejor persona que su padre.

  Una amistad complicada

  Aunque Draco cambiase de bando durante la Batalla de Hogwarts, su amistad con Harry sigue siendo demasiado utópica. Los dos podrán conversar y respetarse, pero nunca ser amigos. El odio tiene unas raíces muy profundas, aunque ¿quién ha dicho que Scorpius no pueda ser amigo de Albus Severus? Quizá lo averigüemos un día, con una nueva saga.

 

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