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Hollywood Station

Page 39

by Joseph Wambaugh


  Una semana después, en la sesión de control de asistencia, el teniente dijo al turno medio:

  – No habrá el clásico funeral policial por el Oráculo. Dejó su voluntad bien clara en ese aspecto y sus disposiciones son otras.

  – Se merece una estrella en el paseo -dijo Flotsam.

  – Eso es para los agentes de nuestro distrito que mueren en acto de servicio -dijo el teniente.

  – Él ha muerto en acto de servicio -replicó Hollywood Nate-. Cuarenta y seis años aquí, eso es lo que lo ha matado.

  – ¿Y si fuera una estrella especial para él? -dijo Mag Takara.

  – Lo consultaré con el capitán -dijo el teniente.

  – Si alguien se merece una estrella -dijo Benny Brewster-, es él.

  – ¿Que no habrá funeral? -dijo Jetsam-. Tenemos que hacer algo, teniente.

  – El Oráculo siempre dijo que estaría en activo hasta que muriera su ex, para que no se quedara con su pensión. ¿Qué dirá ella? ¿Tiene hijos que quizá prefieran hacerle un funeral?

  – Eso no depende de mí -dijo el teniente, desconcertado-, Él lo dejó arreglado a su gusto, según me han dicho. Ha dejado todas sus posesiones a la fundación LA. Pólice Memorial para becas de estudios, es lo único que sé.

  Entonces, Fausto Gamboa se puso en pie; era la primera vez que lo hacía en un control de asistencia en treinta y cuatro años de carrera.

  – El Oráculo no quería que se organizaran jaleos por él, cuando llegara el momento -dijo-. Lo sé de primera mano. Hablamos de ello una noche, hace muchos años, mientras tomábamos un trago en El Árbol.

  – Pero algo tendrá que decir su ex mujer, ¿no? -dijo B. M. Driscoll.

  – No hay ex mujer -dijo Fausto-. Era la excusa que se inventó para seguir en activo. Y si ahora estuviera aquí, habrían tenido que arrancarle la placa del pecho para deshacerse de él. Pero no le habría gustado nada. Tenía sesenta y ocho años, disfrutó de la vida, hizo algunas cosas buenas y ahora se ha ido, al final del turno.

  – ¿Tenía… a alguien? -preguntó Mag.

  – Claro que sí -dijo Fausto-, os tenía a vosotros. Se había casado con el trabajo y vosotros erais sus hijos. Vosotros y otros muchos, antes que vosotros.

  La sala quedó en silencio hasta que intervino Hollywood Nate.

  – ¿No hay… nada, por pequeño que sea, que podamos hacer por él? ¿En recuerdo suyo?

  Otra pausa, hasta que habló Fausto de nuevo con voz temblorosa.

  – Sí, hay una cosa. ¿Os acordáis de que decía que este trabajo era divertido? El Oráculo siempre decía que hacer bien el trabajo de policía era lo más divertido que haríais en toda la vida. Bien, pues salid ahí fuera esta noche y divertíos.

  Tan pronto como la noche cayó sobre Hollywood, la unidad 6 X 76 partió en misión muy especial. Una misión secreta que nadie más conocía en la comisaría. En silencio, Budgie conducía el coche por Hollywood Hills, montaña arriba, hacia Mount Lee. Cuando llegaron al destino, se acercó a una verja cerrada y se detuvo. Fausto la abrió.

  – Casi he tenido que firmar con sangre para que el cuidador del parque me dejara la llave.

  Budgie siguió al volante, a la máxima velocidad que le permitía el cortafuegos, y finalmente aparcó. Fausto rebuscó en la bolsa de guerra y sacó la urna.

  Budgie abría camino alumbrando con la linterna, pero casi no la necesitaban porque había luna llena. Avanzaron por el sendero hasta el pie del letrero. Tenía una altura de cuatro pisos y estaba muy iluminado.

  – Ten cuidado, Fausto -dijo Budgie mirando la H gigantesca desde abajo-. ¿Por qué no me dejas a mí?

  – Me toca a mí -dijo Fausto-. Hacía más de treinta años que éramos amigos.

  El terreno de alrededor de la H había cedido y estaba hundido, de modo que se acercaron al centro de la Y, donde la tierra estaba intacta.

  La escalera de mano se encontraba en su sitio, al lado del andamiaje; cuando Fausto había subido ya medio camino, Budgie le dijo a gritos:

  – ¡No subas más, Fausto!

  Pero él siguió, resoplando y jadeando; se paró dos veces hasta llegar a la cúspide. Una vez allí, levantó la tapa de la urna con cuidado y la volcó murmurando unas palabras:

  – Semper policía, Merv. Hasta pronto.

  Y las cenizas del Oráculo volaron por el aire en la cálida noche de verano, con el letrero de HOLLYWOOD como fondo con su altura de cuatro pisos, bajo la mágica luz blanca de la solícita luna de Hollywood.

  Concluida la misión, Budgie se puso al volante y regresaron a las calles.

  – Se me ha ocurrido preparar un pavo para cenar -rompió Budgie el silencio finalmente-. ¿Qué te parece venir a casa, y así conoces a Katie? Quiero una sesión de fotos contigo ayudándola a eructar. Compraré un pájaro pequeño, sólo para ti, para mí y para mi madre.

  – Miraré la agenda -dijo Fausto-, a ver si tengo tiempo.

  – Mi padre murió hace tres años -dijo Budgie-, pero mi madre no ha empezado a salir con nadie todavía, así que no servirá de nada que intentes ligar con ella.

  – Ya, claro -replicó Fausto-, como si me apeteciera ligar con una señora mayor.

  – Esa señora mayor -dijo Budgie mirándolo- tiene casi diez años menos que tú, compañero.

  – ¿Ah, sí? -dijo Fausto enarcando la ceja derecha-. ¿Y qué tal está?

  – Bien, Marty -dijo Hollywood Nate a su compañero novato-, esta noche vamos a hacer buen trabajo de policías y nos vamos a divertir. ¿Estás preparado?

  – Sí, señor -contestó el joven agente.

  – Maldita sea, Marty -replicó Nate-, guárdate esa mierda de «señor» para tu verdadero oficial de entrenamiento, que seguro que al final será un GI Joe-yonqui que se crió viendo películas de guerra en la tele. Yo, sin embargo, veía los musicales de Fred Astaire y Gene Kelly. Me llamo Nate, ¿te acuerdas?

  – De acuerdo, Nate. Perdón.

  – Por cierto, ¿te gusta el cine?

  – Sí…, Nate -dijo Marty.

  – Y, por casualidad, tu padre no será rico, ¿verdad?

  – No, por Dios -dijo Marty.

  – Lástima -dijo Nate-. Mi último compañero rico no me ayudó mucho en mi carrera.

  Había bastante gente en el paseo, y el policía joven se volvió a Nate y le dijo:

  – Señor, digo Nate, hay un cincuenta y uno cincuenta gritando desaforadamente allí, frente al teatro chino Grauman.

  – ¿Qué está haciendo? -preguntó Nate sin mirar.

  – Agita los brazos y chilla a la gente.

  – En Hollywood, eso se llama simplemente «comunicación» -dijo Nate-. Hoy día, no es fácil distinguir entre lunáticos normales del boulevard y gente con cascos que va hablando por el móvil. -Pero entonces echó una mirada hacia el famoso teatro y vio de quién se trataba-. ¡Huy, huy! Ese tipo es un broncas. Será mejor que hablemos con él -dijo, y detuvo el coche en zona roja-. Marty, esta vez, tú estableces contacto y yo te cubro. Me quedo aquí, cerca del coche, y observo cómo lo haces. ¿Crees que podrás entenderte con él?

  – Claro, Nate -dijo Marty con entusiasmo; salió del coche con la porra y se puso guantes de goma.

  El loco que agitaba los brazos vio al agente joven que se acercaba hacia él y dejó de gritar, pero se plantó firmemente a esperar.

  El joven Marty Shaw recordó la lección de la academia según la cual era preferible dirigirse a los enfermos mentales de una forma personal, de modo que dio media vuelta un momento y preguntó a Nate:

  – ¿Por casualidad te acuerdas de cómo se llama?

  – El nombre completo no lo sé -dijo Hollywood Nate-, pero le llaman Al, Al el Intocable.

  Agradecimientos

  Gracias sobre todo por las geniales anécdotas y la maravillosa jerga policial a los agentes del Departamento de Policía de Los Ángeles (en adelante, el LAPD):

  Chate Asvanonda, Matt Bennyworth, Michael Berchem, Wencli Berndt, Vicki Bynum, Elizabeth Estupinian, Laura Evens, Heather Gahry, Brett Goodkin, Chuck Heniy, Craig Herrón, Jack Herrón (retirado), Brian Hospodar, Andy Hudlett,
Jeff Injalls, Rick Jackson, Dermis Kilcoyne, Al López, Tim Marcia, Kathy McAnany, Roger Murphy, Bill Pack, Mike Porter, Rosie Redshaw, Tom Redshaw, Dave Sigler, Bill Sollie, Olivia Spindola, Joe Witty.

  Y a los agentes del Departamento de Policía de San Diego:

  Mark Amando, Pete Amando, Andra Brown, Brett Burkett, Laurie Cairncross, Blaine Ferguson, Pete Griffin (retirado), Mike Gutiérrez, Vanessa Holland, Geny Kramer, Charles Lara, Vic Morel, Tony Puente (retirado), Andy Rios, Steve Robinson, Steve Sloan, Elliott Stiasny, Alex Sviridov, Don Watkins, Joe Winney.

  A los agentes del Departamento de Policía de Palm Springs: Dave Costello, Don Dougherty, Steve Douglas, Mitch Spikea los agentes especiales de la Oficina Federal de Investigación: Matt Desamo y Jack Kelly (retirado).

  A James Ellroy por insistirme en recuperar las raíces del LAPD.

  Joseph Wambaugh

  ***

  [1] Contenedor de Goodwill: Goodwill es una institución del estilo de Humana o Cáritas, que dispone de contenedores públicos para depositar ropa y objetos usados.

  [2] Bloods y Crips (siglas de Black Liberation Organization of Defense y Community Restoration in Progress, respectivamente): bandas de barrio opuestas nacidas en Los Angeles para «poner orden» en las calles. Suelen vestirse de rojo y azul respectivamente. (N. de la T.)

  [3] FID (Forcé Investigation Department): sección de la policía estadounidense que se ocupa de investigar posibles casos de abuso de violencia por parte de las fuerzas policiales. (N. de la T.)

  [4] Al Sharpton (reverendo): fundador de la National Action Network a quien le gusta dejarse ver públicamente con famosos como Mahalia Jackson o James Brown. (N. de la T.)

  [5] J. Lo: se refiere a Jennifer López, famosa cantante y actriz de cine. (N. de la T.)

  [6] Mara Salvatrucha: en castellano en el original. Se utiliza la cursiva en todo el texto de la traducción para las palabras o expresiones que aparecen en castellano en el original. (N. de la T.)

  [7] Flotsam, Jetsam: chiste intraducibie. La locución sustantiva inglesa flotsam and jetsam designa los desechos que dejan en la playa las olas y las mareas. (N. de la T.)

  [8] ¿Qué es un nombre?: «What's in a name?», William Shakespeare, Romeo y Julieta, II, 2 (escena del balcón). Esta frase ha sido traducida al castellano de muchas formas distintas. (N. de la T.)

  [9] Sam Browne: George Orwell nombra esta marca de cinturones en su obra Homenaje a Cataluña, en relación con los artículos que habían dejado de verse en las tiendas desde su visita anterior a la ciudad de Barcelona. (N. de la T.)

  [10] Gumby: personaje de arcilla de una serie televisiva de dibujos animados que se estrenó en 1957 y duró treinta y cinco años. (N. de la T)

  [11] God almighty, free at last!: Famosa frase de Luther King, hijo, en su discurso «I have a dream». (N. de la T)

  [12] Two shots: Dos tiros de felicidad, un tiro de tristeza. Crees que soy muy bueno, yo sé que he sido malo. En realidad, la canción dice: «you think I'm no good» (crees que no soy bueno), pero Jetsam dice: «you think I'm so good» (crees que soy muy bueno). (N. de la T.)

  [13] Took you…: Te llevé a un lugar, ahora no puedes volver. Dos tiros de felicidad, un tiro de tristeza. (N. de la T.)

  [14] Versos del poema Knbhi Khan, de S. T. Coleridge: «Beware, beware! His flashing eyes, his floating hair«. (N. de la T.)

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  Document creation date: 02.12.2011

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