Border of a Dream: Selected Poems of Antonio Machado (Spanish Edition)
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toward the blue hills
one serene morning.
I felt your hand in mine,
your companion hand,
your young woman’s voice in my ear
like a new bell,
like a virgin bell
of a spring daybreak.
It was your voice and hand
in dreams that seemed true.
Live, hope. Who knows
what the earth swallows!
“Una noche de verano”
Una noche de verano
—estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa—
la muerte en mi casa entró.
Se fue acercando a su lecho
—ni siquiera me miró—,
con unos dedos muy finos,
algo muy tenue rompió.
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra vez pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón.
Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!
“One summer night”
One summer night
—my balcony door
and house gate were open—
death entered my house.
He was coming near her bed
—he didn’t even glance at me—
with very fine fingers
broke something very frail.
Silently and without a glance
death once again crossed
before me. What have you done?
Death didn’t answer.
My child was quiet,
my heart in pain.
Oh, what death broke
was a thread between us!
“Al borrarse la nieve”
Al borrarse la nieve, se alejaron
los montes de la sierra.
la vega ha verdecido
al sol de abril, la vega
tiene la verde llama,
la vida, que no pesa;
y piensa el alma en una mariposa,
atlas del mundo, y sueña.
Con el ciruelo en flor y el campo verde,
con el glauco vapor de la ribera,
en torno de las ramas,
con las primeras zarzas que blanquean,
con este dulce soplo
que triunfa de la muerte y de la piedra,
esta amargura que me ahoga fluye
en esperanza de Ella...
“As snow was melting”
As snow was melting, the mountains
of the sierra drew away.
The meadow greened
in the April sun. The meadow
has its green flames
and life without worry.
And the soul thinks of a butterfly,
a map of the world, and dreams.
With the plum tree in flower and the green fields,
with glaucous mist along the river shore,
with this soft gust
that triumphs over death and stone,
this rancor drowning me flows
in hope of Her.
“En estos campos de la tierra mía”
En estos campos de la tierra mía,
y extranjero en los campos de mi tierra
—yo tuve patria donde corre el Duero
por entre grises peñas,
y fantasmas de viejos encinares,
allá en Castilla, mística y guerrera,
Castilla la gentil, humilde y brava,
Castilla del desdén y de la fuerza—,
en estos campos de mi Andalucía,
¡oh tierra en que nací!, cantar quisiera.
Tengo recuerdos de mi infancia, tengo
imágenes de luz y de palmeras,
y en una gloria de oro,
de lueñes campanarios con cigüeñas,
de ciudades con calles sin mujeres
bajo un cielo de añil, plazas desiertas
donde crecen naranjos encendidos
con sus frutas redondas y bermejas;
y en un huerto sombrío, el limonero
de ramas polvorientas
y pálidos limones amarillos,
que el agua clara de la fuente espeja,
un aroma de nardos y claveles
y un fuerte olor de albahaca y hierbabuena,
imágenes de grises olivares
bajo un tórrido sol que aturde y ciega,
y azules y dispersas serranías
con arreboles de una tarde inmensa;
mas falta el hilo que el recuerdo anuda
al corazón, el ancla en su ribera,
o estas memorias no son alma. Tienen,
en sus abigarradas vestimentas,
señal de ser despojos del recuerdo,
la carga bruta que el recuerdo lleva.
Un día tornarán, con luz del fondo ungidos,
los cuerpos virginales a la orilla vieja.
Lora del Río, 4 de abril de 1913
“Here in the fields of my homeland”
Here in the fields of my homeland
and a stranger in these fields of the South
—I found my homeland where the Duero flows
between gray cliffs
and phantoms of old black oaks,
up there in Castilla mystic and warlike,
Castilla the genteel, humble and brave,
Castilla of arrogance and power—
I want to sing these meadows
of my Andalucía where I was born!
I have memories of childhood, I have
images of light and palm trees,
and, in a wonder of gold,
remote bell towers with storks,
cities with womenless streets
below an indigo sky, deserted squares
where orange trees on fire ripen
with their round vermilion fruit.
In a shadowy orchard the lemon tree
with dusty branches
and pale yellow lemons
mirrored in bright water in the fountain,
an aroma of spikenard and carnations,
a strong smell of basil and spearmint.
Visions of dull gray olive groves
under a torrid sun that stuns and blinds,
and blue scattered mountain chains
below red clouds of a vast afternoon.
But gone is the thread knotting memory
to the heart, the anchor to its riverbank,
or these memories are not soul. In motley
garments they carry
the dregs of remembrance,
dead weight the mind carts along.
One day, in light from the bottom, anointed,
the virgin bodies will wash up on the old shore.
Lora del Rio, April 4, 1913
A Jose María Palacio
Palacio, buen amigo,
¡está la primavera
vistiendo ya las ramas de los chopos
del río y los caminos? En la estepa
del alto Duero, Primavera tarda,
¡pero es tan bella y dulce cuando llega!...
¿Tienen los viejos olmos
algunas hojas nuevas?
Aún las acacias estarán desnudas
y nevados los montes de las sierras.
¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa,
allá, en el cielo de Aragón, tan bella!
¿Hay zarzas florecidas
entre las grises peñas,
y blancas margaritas
entre la fina hierba?
Por esos campanarios
ya habrán ido llegando las cigüeñas.
Habrá trigales verdes,
y muías pardas en las sementeras,
y labriegos que siembran los tardíos
con la lluvias de abril. Ya las abejas
libarán del tomillo y el romero.
¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan violetas?
Furtivos caz
adores, los reclamos
de la perdiz bajo las capas luengas,
no faltarán. Palacio, buen amigo,
¿tienen ya ruiseñores las riberas?
Con los primeros lirios
y las primeras rosas de las huertas,
en una tarde azul, sube al Espino,
al alto Espino donde está su tierra...
Baeza, 29 de abril de 1913
To José María Palacio27
Palacio, good friend,
is spring
already dressing the branches of the poplars
by the river and the roads? On the highland
by the upper Duero, spring is late
yet beautiful and gentle when it comes!
Do the old elms
have a few new leaves?
The acacia trees must still be bare
and the mountains of the sierra full of snow.
O peak of the Moncayo white and rose,
there in the sky of Aragón, how lovely!
Are brambles in flower
among the gray cliffs,
and white daisies
in the slender grass?
On those belfries
by now the storks must be turning up.
There must be green wheatfields
and brown mules in the seeded furrows,
and peasants who plant the late crops
with April rains. By now the bees
are sipping thyme and rosemary.
Are plum trees in flower? Are there still violets?
Stealthy hunters with partridge decoys
under their long capes
must be around. Palacio, good friend,
are there nightingales on the riverbanks?
With the first lilies
and first roses in the orchards,
on a blue afternoon, go climb Espino,
up to high Espino where her earth lies.
Baeza, April 29, 1913
27 A friend of Machado in Soria, he owned and edited the newspaper El porvenircastellano (The Castilian Future). This poem appeared in the paper in 1916.
Otro viaje
Ya en los campos de Jaén,
amanece. Corre el tren
por sus brillantes rieles,
devorando matorrales,
alcaceles,
terraplenes, pedregales,
olivares, caseríos,
praderas y cardizales,
montes y valles sombríos.
Tras la turbia ventanilla,
pasa la devanadera
del campo de primavera.
La luz en el techo brilla
de mi vagón de tercera.
Entre nubarrones blancos,
oro y grana;
la niebla de la mañana
huyendo por los barrancos.
¡Este insomne sueño mío!
¡Este frío
de un amanecer en vela!...
Resonante,
jadeante,
marcha el tren. El campo vuela.
Enfrente de mí, un señor
sobre su manta dormido;
un fraile y un cazador
—el perro a sus pies tendido—.
Yo contemplo mi equipaje,
mi viejo saco de cuero;
y recuerdo otro viaje
hacia las tierras del Duero.
Otro viaje de ayer
por la tierra castellana
—¡pinos del amanecer
entre Almazán y Quintana!—
¡Y alegría
de un viajar en compañía!
¡Y la unión
que ha roto la muerte un día!
¡Mano fría
que aprietas mi corazón!
Tren, camina, silba, humea,
acarrea
tu ejército de vagones,
ajetrea
maletas y corazones.
Soledad,
sequedad.
Tan pobre me estoy quedando
que ya ni siquiera estoy
conmigo, ni sé si voy
conmigo a solas viajando.
Another Trip
Already in the fields of Jaén
it is dawning. The train
races on its brilliant rails,
devouring the trails
of thickets, barley, rock piles,
ramparts, and files
of olive groves and settlements,
meadows of thistle plants,
forests and darkening valleys.
Behind the blurry windowpanes
the rolling planes
of fields coming into spring.
The light is shining
on the roof of my third-class car.
Amid white storm-clouds, plains
of gold and grain.
The morning mist
fleeing through gorge and precipice.
My sleepless dream!
This cold and first gleam
of a watchful dawn!
Booming,
panting,
the train races on its way.
The fields fly away.
In front of me a man
asleep on his blanket;
a monk, and a hunter with his dog
stretched out by his legs.
I contemplate my luggage,
this old leather grip,
and I recall another trip
where the Duero flows between the crags
and cliffs. I slip
into yesterday
through Castilian lands—
pine trees of daybreak
between Almazón and Quintana!
What joy
to go someplace in company!
And that union
that death broke one day!
A cold hand
squeezes my heart!
Train, go on, whistle, smoke,
confront
your army of cars,
knock about
suitcases and hearts.
Loneliness,
barrenness.
I end up feeling so poor
that now I am not even
with myself, or know if I go
with myself, traveling alone.
Poema de un día
Meditaciones rurales
Heme aquí ya, profesor
de lenguas vivas (ayer
maestro de gay-saber,
aprendiz de ruiseñor),
en un pueblo húmedo y frío,
destartalado y sombrío,
entre andaluz y manchego.
Invierno. Cerca del fuego.
Fuera llueve un agua fina,
que ora se trueca en neblina,
ora se torna aguanieve.
Fantástico labrador,
pienso en los campos. ¡Señor
qué bien haces! Llueve, llueve
tu agua constante y menuda
sobre alcaceles y habares,
tu agua muda,
en viñedos y olivares.
Te bendecirán conmigo
los sembradores del trigo;
los que viven de coger
la aceituna;
los que esperan la fortuna
de comer;
los que hogaño,
como antaño,
tienen toda su moneda
en la rueda,
traidora rueda del año.
¡Llueve, llueve; tu neblina
que se torne en aguanieve,
y otra vez en agua fina!
¡Llueve, Señor, llueve, llueve!
En mi estancia, iluminada
por esta luz invernal
—la tarde gris tamizada
por la lluvia y el cristal—,
sueño y medito.
Clarea
el reloj arrinconado,
y su tic-tic, olvidado
por repetido, golpea.
Tic-tic, tic-tic... Ya te he oído.
Tic-tic, tic-tic... Siempre igual,
monótono y aburrido.
Tic-tic, tic-tic, el latido
r /> de un corazón de metal.
En estos pueblos, ¿se escucha
el latir del tiempo? No.
En estos pueblos se lucha
sin tregua con el reló,
con esa monotonía
que mide un tiempo vacío.
Pero ¿tu hora es la mía?
¿Tu tiempo, reloj, el mío?
(Tic-tic, tic-tic.) Era un día
(Tic-tic, tic-tic) que pasó,
y lo que yo más quería
la muerte se lo llevó.
Lejos suena un clamoreo
de campanas...
Arrecia el repiqueteo
de la lluvia en las ventanas.
Fantástico labrador,
vuelvo a mis campos. ¡Señor,
cuánto te bendecirán
los sembradores del pan!
Señor, ¿no es tu lluvia ley,
en los campos que ara el buey,
y en los palacios del rey?
¡Oh, agua buena, deja vida
en tu huida!
¡Oh, tú, que vas gota a gota,
fuente a fuente y río a río,
como este tiempo de hastío
corriendo a la mar remota,
en cuanto quiere nacer,
cuanto espera
florecer
al sol de la primavera,
sé piadosa,
que mañana
serás espiga temprana,
prado verde, carne rosa,
y más: razón y locura
y amargura
de querer y no poder
creer, creer y creer!
Anochece;
el hilo de la bombilla
se enrojece,
luego brilla,
resplandece
poco más que una cerilla.
Dios sabe dónde andarán
mis gafas... entre librotes.
revistas y papelotes,
¿quién las encuentra?... Aquí están.
Libros nuevos. Abro uno
de Unamuno.
¡Oh, el dilecto,
predilecto
de esta España que se agita,
porque nace o resucita!
Siempre te ha sido, ¡oh Rector
de Salamanca!, leal
este humilde profesor
de un instituto rural.
Esa tu filosofía
que llamas diletantesca,
voltaria y funambulesca,
gran don Miguel, es la mía.
Agua del buen manantial,
siempre viva,
fugitiva;
poesía, cosa cordial.
¿Constructora?